El horror de Bucha en primera persona: «Hay gente pidiendo un trozo de pan para comer»

LA VOZ REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Igor Chumak, voluntario ucraniano cuya familia ya está a salvo en Galicia, muestra en sus redes sociales las consecuencias de la masacre

04 abr 2022 . Actualizado a las 18:58 h.

El horror de la guerra se hace visible en Bucha. La ciudad está en el punto de mira de toda la comunidad internacional tras la masacre producida a manos del ejército ruso. Por ahora se han localizado y enterrado 340 cadáveres de civiles. De todo ello es testigo Igor Chumak, un voluntario ucraniano de 33 años, que tiene grandes vínculos con Galicia: fue uno de los miles de niños de Chernóbil que cada año viajaban a España para huir del desastre nuclear. Igor aterrizó en Vigo, donde le acogió una familia gallega.

Desde el estallido de la guerra, se ha convertido en miliciano para defender su país. Ha conseguido entrar en Bucha y además de ayudar con la búsqueda y la sepultura de los cientos de cadáveres que se encuentran esparcidos por las calles de la ciudad, también comparte vídeos en sus redes sociales para mostrar las consecuencias de la masacre.

A su paso encuentra decenas de tanques rusos carbonizados y edificios sin ventanas, a causa de lo que debió ser una batalla encarnizada. «Aquí todo está roto», resume Igor. Además de los civiles muertos, lo que más le impresiona, dice, es la desesperación de los que todavía siguen allí y no encuentran comida: «Hay gente pidiendo tan solo un trozo de pan para comer. A mí todo esto no me entra en la cabeza».

En otro de sus vídeos muestra a Antonina Pomazanko, una mujer que enseña el cuerpo de su hija Tatiana, enterrado en su propio jardín, bajo una lona de plástico y unas tablas de madera. «Un soldado ruso la mató a tiros el primer día de la ocupación. Salió por la puerta parar mirar y le dispararon», explica Igor en otra de sus publicaciones.

«Esto es un genocidio, la eliminación de toda una nación y todo un pueblo», dijo el presidente Volodímir Zelenski a la cadena estadounidense CBS sobre lo sucedido. Igor lamenta lo mismo: «Bucha, Irpín, es solo el comienzo de una lista terrible». El horror no termina aquí: «Cuando se libere Mariúpol, veremos el cuadro completo, el mundo no tendrá lágrimas suficientes para llorar». Según las autoridades ucranianas, 1.600 soldados procedentes del extremo oriental de Rusia habrían participado en la masacre.