Orbán se impone a la gran coalición opositora en las elecciones húngaras

Redacción AGENCIAS

INTERNACIONAL

BERNADETT SZABO

El líder ultranacionalista encadena su cuarta mayoría consecutiva

04 abr 2022 . Actualizado a las 09:14 h.

El primer ministro húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, a la cabeza del partido Fidesz, se impuso en las elecciones generales celebradas ayer en Hungría. Un triunfo esperado, entre otras razones por una reforma electoral diseñada a su medida o por el control sobre los medios de comunicación, que ha venido intensificando en los últimos meses. Todo lo hacía previsible. Aunque por primera vez, eso sí, tuvo enfrente a una coalición integrada por seis partidos de amplio espectro ideológico decidida a poner pie en pared y neutralizar sus derivas autoritarias. Al timón, un independiente, Peter Marki-Zay.

Pese a la unión de los opositores, al cierre de esta edición Orbán lideraba con claridad el escrutinio. Con el 71 % de los votos recontados, su partido iba destacado en cabeza, con el 54 % de los sufragios. Si se mantiene la tendencia, las proyecciones indican que el partido gubernamental podría controlar más de 133 de los 199 escaños del Parlamento. Por su parte, la coalición opositora Unidos por Hungría, que ha quedado por debajo de las expectativas, con un 33 % de los votos, tendría 58 asientos. La gran sorpresa de la noche fue el resultado del partido de extrema derecha Nuestra Patria, que superó el umbral del 5 % y podría sumar al menos cinco escaños.

Los resultados confirman la brecha electoral en el país, con Fidesz dominando las zonas rurales (a las que la reforma electoral impulsada por el primer ministro otorga un mayor peso electoral) y el bloque de la oposición imponiéndose en las ciudades.

«Hemos conseguido una enorme victoria», anunció Orbán ante miles de simpatizantes que coreaban su nombre. «Una victoria que quizá se pueda ver desde la Luna, pero seguro que sí se ve desde Bruselas», clamó, lanzando un dardo a la Comisión Europea, que recientemente le abrió un expediente por la ley húngara que prohíbe hablar de homosexualidad a menores.

Guiño a Vox

«La política conservadora, patriota ha ganado, y nuestro mensaje es que esta no representa el pasado, sino el futuro», agregó al tiempo que agradeció la colaboración de varios aliados políticos en distintos países, entre ellos España, en alusión a Vox.

Y es que Orbán, crítico feroz de la inmigración, los derechos LGTB y la burocracia comunitaria se ha ganado la admiración de los nacionalistas y la ultraderecha europea. A sus 58 años, ha gobernado Hungría los últimos doce (la de anoche es su quinta victoria, la cuarta consecutiva), con una amplia mayoría que le ha permitido aprobar en solitario una nueva Carta Magna y enmiendas constitucionales con las que ha socavado la separación de poderes.

En esta ocasión, la campaña electoral ha estado condicionada por la guerra en su vecina Ucrania. Situación que, coinciden los analistas, habría beneficiado a Orbán, quien se presentó como garante de la estabilidad del país en la endiablada etapa que está viviendo Europa y acusó a la oposición de querer involucrar a Hungría en la guerra por solidarizarse con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.

Orbán ha imprimido el mensaje menos contundente de la UE contra el Kremlin bajo el argumento de la total neutralidad de su Gobierno y la defensa del pacifismo. En el club ya estaba considerado como el mandatario menos crítico con Putin.