Zelenski ofrece negociar el Dombás en la cuarta ronda de conversaciones
INTERNACIONAL
La población ucraniana teme una guerra larga pese al acercamiento de posturas entre el Gobierno de Kiev y el Kremlin
29 mar 2022 . Actualizado a las 09:15 h.Los negociadores rusos y ucranianos están listos para reanudar las conversaciones de paz en Estambul, en medio de mensajes de confianza tanto de Kiev como de Moscú sobre un acercamiento de sus posiciones. Aunque el Kremlin se negó a poner fecha a la cuarta ronda de diálogo y solo dijo que «teóricamente» podrían iniciarse este martes.
Poco antes, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, consideraba posible un acuerdo para poner fin a lo que denomina operación militar especial en Ucrania. «Sea como sea, veo que existen oportunidades para un acuerdo, ya que nuestros socios occidentales comienzan a comprender los graves errores cometidos durante muchos años, aunque quizás, por razones comprensibles, no lo digan en voz alta», afirmó. El Kremlin prefirió guardar silencio. «Consideramos que solo dañaría el proceso negociador», dijo su portavoz Dmitri Peskov, quien consideró que el mero hecho de que las dos partes continúen dialogando ya «es, sin duda, importante».
Pero el principal motivo del optimismo ruso es que el presidente Volodímir Zelenski estaría dispuesto a negociar el futuro de la región del Dombás y Crimea. El domingo, en una entrevista a medios independientes rusos —vetada en Rusia—, Zelenski reiteró que, además de aceptar el estatus neutral de Ucrania, se mostró abierto a hacer concesiones sobre el futuro de Crimea y las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk. Así, llamó a una retirada de las tropas rusas a las fronteras anteriores al inicio de la invasión y entonces a negociar. «Volvamos a antes de que empezó todo esto [el 24 de febrero] y trataremos de resolver el complejo tema del Dombás», afirmó. A la vez, enfatizó que cualquier acuerdo debe ser ratificado en un referendo.
En cuanto a las bajas, Zelenski denunció que los rusos no permiten recoger los cuerpos de los ucranianos abatidos, pero tampoco recogen a sus propios muertos. «No sé qué pensarán los padres de estos jóvenes. No son ganado. ¿Por qué tienen miedo?», reprochó. Según el mando ucraniano, el domingo el invasor sufrió unas 400 bajas mortales, con lo que ya ascienden a cerca de 17.000 los soldados rusos muertos en 33 días de guerra. Moscú solo reconoce 1.351 fallecidos.
Las conversaciones en Turquía quedan muy lejos del ánimo de una población que se prepara para una guerra larga. Las alarmas antiaéreas volvieron a sonar en Lutsk, Rivne y Yitomir, al este del país, así como en la capital, Kiev, y Járkov, pese a que el Kremlin anunció hace unos días que la primera fase de la operación militar había terminado y que ahora concentraría sus esfuerzos en la «liberación» de la región oriental del Dombás. Los misiles alcanzaron un depósito de petróleo en Lutsk, lo que confirma, según Kiev, que la nueva estrategia rusa pasa por eliminar sus almacenes de crudo y alimentos con el fin de estrangular su capacidad de defensa.
«Irpín es libre»
Pero también hubo buenas noticias para los ucranianos. La bandera azul y amarilla vuelve a ondear en Irpín, la puerta de Kiev y escenario de duros combates. «Irpín está libre del horror ruso», escribió en Telegram su alcalde, Oleksandr Markushyn, al anunciar su liberación. Sin embargo, advirtió a los ciudadanos de que no deben regresar por el momento, «ya que la situación sigue siendo muy peligrosa». En el este, el jefe de la administración regional de Sumi, Dmitro Jivitski, anunció la reconquista de Trostianets y Boromlia, recuperación que confirmó un cargo del Pentágono a The New York Times.
Entre tanto, en Kiev persiste la incertidumbre. Como los voluntarios que trabajan para blindar con sacos terreros a la princesa Olga en la plaza Mykhailivska, la profesora Yulia Pidipryhora tampoco confía en una negociación con Rusia y piensa que «no han podido llegar a Kiev en 33 días, pero no tengo dudas de que volverán a intentarlo», según recoge el corresponsal de Colpisa. Tampoco el mando militar ucraniano ve señales de que Putin haya renunciado a su plan de sitiar la capital. Cree que se concentran en mantener posiciones y en prepararse para lanzar un nueva ofensiva.
Alrededor de 5.000 muertos y 160.000 personas atrapadas en la sitiada Mariúpol
Uno de los territorios más golpeados por las bombas es Mariúpol, donde alrededor de 5.000 civiles han muerto durante la invasión, según confirmaron las autoridades locales. En la urbe aún quedan atrapadas cerca de 160.000 personas sin agua, luz ni calefacción. «Es imposible vivir porque no hay nada», denunció ayer su alcalde, Vadim Boichenko, quien denunció que «bajo el fuego» es muy difícil poder evacuar. De hecho, las autoridades afirmaron que durante toda la jornada descartaban abrir corredores humanitarios por seguridad. «Nuestros servicios de inteligencia han informado de posibles provocaciones de los ocupantes en las rutas», manifestó la viceprimera ministra, Irina Vereshchuk.
«Es realmente aterrador. La humillación que cada residente de Mariúpol está sufriendo a costa de la ocupación rusa es imposible de definir», dijo Boichenko, quien remarcó la necesidad de seguir denunciando esta situación para que las personas atrapadas no caigan en el olvido.