La refinanciación de la deuda con el FMI agrava la brecha en el Gobierno argentino

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Juan Ignacio Roncoroni | Efe

El presidente necesitó el apoyo de la oposición para aprobar el acuerdo

21 mar 2022 . Actualizado a las 09:00 h.

El oficialismo argentino se resquebraja. La Administración dirigida por el presidente Alberto Fernández logró aprobar esta semana en el Congreso el pacto para la refinanciación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI), pero necesitó para ello el apoyo de la oposición, debido a los votos contrarios de decenas de legisladores de la coalición de Gobierno capitaneados por Máximo Kirchner, hijo de la vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández.

«Resulta completamente desatinado aplicar un plan de ajuste en las actuales circunstancias del país», señaló Máximo tras votar en contra del acuerdo, refutando las palabras del presidente, que sigue sosteniendo que no habrá grandes recortes debido a las previsiones de crecimiento del PIB en los próximos años.

Fueron 34 los miembros de la coalición oficialista que votaron en contra del pacto. Ahora forman parte de un grupo denominado «La Cámpora ampliada», que hace referencia al sector más izquierdista del peronismo. Este ha crecido, pues solo la mitad de quienes no apoyaron el acuerdo con el FMI provenían de dicha facción.

La situación se repitió el jueves en el Senado. El pacto con la institución con sede en Washington fue aprobado con el apoyo de la formación macrista Juntos por el Cambio ante el voto desfavorable de 13 senadores oficialistas.

Las posturas están muy alejadas en la coalición de Gobierno, pero no hay ruptura por ahora.

La Cámpora ampliada no parece dispuesta a divorciarse definitivamente del presidente Fernández, pero sí dará la batalla en el Congreso. Los legisladores aprobaron el pacto con el FMI, que supone la refinanciación de los 45.000 millones de deuda contraída durante la presidencia de Mauricio Macri en el 2018, a cambio de la consecución de un déficit cero en el 2025, pero en los hemiciclos no pasó, en cambio, el memorando de medidas elaborado por el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Esto quiere decir que otras disposiciones exigidas por el organismo deberán ser aprobadas de nuevo por el Congreso. Fernández tendrá entonces que buscar de nuevo el apoyo de La Cámpora y, si no lo logra, conformarse con el de los opositores, que sí parecen dispuestos a evitar que caiga el pacto con el FMI.

La mirada, en las presidenciales

«Con los votos que tenía el oficialismo, Argentina estaba en suspensión de pagos. De eso tomemos conciencia», dijo Mario Negri, líder del bloque de diputados de la opositora Unión Cívica Radical.

Argentina celebrará elecciones presidenciales a finales del 2023 y todas las miradas ya están puestas en esa cita. Parte del oficialismo entiende que, si las cosas le van mal al presidente, deberán separarse, aunque sea a nivel discursivo, del Gobierno para tener éxito en las urnas, pero, por otro lado, el empuje estatal podría ser clave para el triunfo de las futuras candidaturas de La Cámpora en alcaldías y gobernaciones regionales. Esta es una de las causas, apuntan los analistas, de que aún no se haya dado una ruptura total. Ha llegado a especularse con que el presidente podría estar pensando en realizar cambios en su Consejo de Ministros, pero esa posibilidad sería potencialmente rupturista y lo más probable es que se rechace o se deje para más adelante.

Sí se comenta en los círculos políticos que un grupo de legisladores oficialistas quieren reforzar el albertismo y plantean el surgimiento de un grupo que luche contra La Cámpora las próximas candidaturas de elección popular y también de diversos cargos administrativos del Estado.

Por su parte, el FMI, que anunció que las obligaciones de pago de Argentina que vencían el 21 y el 22 de marzo quedan aplazadas, ha advertido que llevará a cabo un examen periódico para comprobar el cumplimiento del pacto y que los futuros desembolsos están ligados a esas evaluaciones.