El Banco Central Europeo acelera el fin del dinero barato por la guerra en Ucrania

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

CHRISTOPHE PETIT TESSON

El organismo quiere evitar un escenario de bajo crecimiento, paro e inflación desbocada

10 mar 2022 . Actualizado a las 16:57 h.

¿Hay algo que cause más pavor a un banco central que los efectos económicos directos de una guerra? Sí, el escenario de bajo crecimiento e hiperinflación que puede desencadenar un conflicto como el que ha instigado Rusia, el mayor proveedor energético de la Unión Europea (UE).

La guerra en Ucrania ha puesto patas arriba los planes del Banco Central Europeo (BCE) de ir poniendo fin de forma muy gradual al dinero barato que hay en circulación en el mercado, reduciendo poco a poco las compras de deuda de países como España, que se han beneficiado de unas condiciones de financiación muy cómodas gracias al respaldo de Fráncfort. 

El organismo comandado por Christine Lagarde tenía previsto mantener las compras del programa APP en los 40.000 millones de euros al mes hasta el segundo trimestre del 2022, antes de pasar a los 30.000 millones en el tercer trimestre y los 20.000 millones mensuales a partir de octubre, manteniendo ese ritmo «por el tiempo que sea necesario».

Pero los acontecimientos en Ucrania han obligado al BCE a revisar su estrategia y pisar el acelerador para evitar que la inflación, que ya alcanza el 7,4 % interanual en España y seguirá subiendo, se descontrole. En un escenario de fuerte crecimiento económico, el alza de precios no tendría por qué ser preocupante, pero la UE se adentra en un escenario nuevo: los altos precios de la energía, que se mantendrán desorbitados mientras dure la guerra, ya están pasado factura al tejido productivo, con parones en las fábricas y nuevos ERTE entre las plantillas ante la imposibilidad de afrontar los costes energéticos. Y eso se traduce en menos crecimiento económico. Un paisaje que provoca escalofríos en Fráncfort donde no quieren ni invocar el término estanflación, que se produce cuando en una economía coexisten precios elevados, bajo crecimiento y desempleo al alza. 

El miedo a que la economía de la zona euro descarrile ha llevado al organismo a adelantar el calendario y poner fin al dinero barato este mismo verano. Según explican en un comunicado, el BCE comprará deuda a un ritmo de 40.000 millones hasta el mes de abril. En mayo se reducirán a 30.000 millones y en junio tan solo habrá 20.000 millones de euros disponibles para inyectar a los Estados. A partir de entonces, no se sabe qué pasará. Las compras para el tercer trimestre dependerán de los acontecimientos y de cómo se comporte la inflación, que no está previsto que se relaje medio plazo. «Si los datos apoyan la expectativa de que la previsión a medio plazo para la inflación no se debilitará incluso con el final de las compras netas (de deuda), el consejo de gobierno concluirá las compras netas del programa APP en el tercer trimestre del año», advierten. En otras palabras: España podría dejar de tener las actuales condiciones favorables de financiación entre julio y septiembre. Esa retirada podría incrementar el coste de financiación, aumentando la carga de la deuda pública. 

Tipos de interés 

A pesar de la intranquilidad que domina en Fráncfort, el BCE se resiste a tocar los tipos de interés. No lo hará hasta que ponga fin al programa de compras APP, algo que podría ocurrir este mismo verano. Si eso ocurre, la subida de tipos también podría adelantarse antes de final de año. 

Por el momento, el tipo de interés para las operaciones de refinanciación seguirá en el 0 %, el de los préstamos en el 0,25 5 y los depósitos en el -0,5 %. 

«Cualquier ajuste de los tipos de interés tendrá lugar un tiempo después del final de las compras netas bajo el APP y serán graduales [...] El consejo de gobierno adoptará cualquier medida que sea necesaria para cumplir con el mandato del BCE de velar por la estabilidad de los precios y para garantizar la estabilidad financiera», sostienen en el comunicado.