El fantasma de una crisis energética aterra a los mercados

MERCEDES MORA REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Antonio Sempere | europa press

La amenaza de un embargo petrolero a Rusia dispara las cotizaciones del crudo y el gas

07 mar 2022 . Actualizado a las 22:54 h.

Hace apenas dos semanas, el día antes de que Rusia iniciara su ataque sobre Ucrania, del que se han cumplido este lunes doce días, nadie en las mesas de operaciones de los mercados financieros trabajaba con la idea de una invasión a gran escala. Pensaban entonces analistas y operadores que lo más probable era que Putin se conformase con una incursión militar limitada para hacerse con el control de las dos provincias del Este que en la práctica hace ya tiempo que domina. A una invasión total apenas le otorgaban los expertos un 10 % de posibilidades de llegar a ocurrir.

Se equivocaron. Por completo. Y ahora ya no es solo que el peor de los escenarios, y con el que menos contaban, se haya hecho realidad. Es que, además, la guerra se antoja larga. Nada de contienda relámpago como pretendía el presidente ruso.

Un vuelco en los acontecimientos que ha venido a despertar uno de los peores fantasmas para la economía: el de una crisis energética que acabe, ya no por dar al traste con la recuperación, que no sería lo más grave, sino con el mundo inmerso en un largo período de estanflación —el PIB estancado, sin crecimiento, y la inflación por las nubes— o, lo que es peor, dando con los huesos en otra recesión cuando todavía son visibles las heridas de la anterior.

Y todo porque sobre las mesas de operaciones se cierne ya la sombra de un embargo petrolero contra Rusia. Es lo que está detrás de la subida en vertical que han protagonizado este lunes las cotizaciones de los dos pilares fundamentales de las exportaciones rusas: el crudo y el gas   

En la memoria de todos, la crisis de los setenta, la que acarrearon la guerra del Yom Kippur librada por una coalición de países árabes liderados por Egipto y Siria contra Israel, y la decisión de la OPEP de dejar de vender petróleo a los países que apoyaron a este último país.

Rusia representa el 8 % de las exportaciones mundiales de oro negro, con 7,8 millones de barriles al día, solo por detrás de Estados Unidos y Arabia Saudí. Un embargo (esto es, prohibir la importación de petróleo ruso para redoblar la presión económica sobre el presidente Vladimir Putin) prolongado estrangularía la oferta en un momento en el que, además, las reservas se encuentran en mínimos.

Con esta sombra planeando sobre los mercados, ya hay quien ve el barril de petróleo brent —el de referencia en Europa— en 200 dólares. En los peores momentos de la jornada de este lunes  ha llegado hasta los 139,13, a un paso ya de los 140 del máximo histórico alcanzado en el 2008.

En sus primeras sanciones económicas contra Moscú, Occidente se cuidó muy mucho de no meterse en el pantanoso terreno de la energía, pero esa opción ya no les parece tan descabellada a los inversores. O eso al menos es lo que parecen estar descontando los mercados, sobre todo, después de que el secretario de Estado estadounidense, Anthony Blinken, abriera el domingo la puerta a ampliar el castigo al sector energético. Empezando por el crudo, y continuando después con el gas. No será fácil. Y habrá que prepararse para ver cómo siguen disparándose los precios de ambos.

Ahora, además, la depreciación del euro frente al dólar —la divisa en la que cotizan el crudo y la mayoría de las materias primas— también juega en contra de Europa. Más leña al fuego de la escalada.

El Ibex se deja un 0,99 % en otra jornada de alta tensión, en la que llegó a caer un 5 %

El conflicto bélico en Ucrania sigue haciendo estragos en los nervios de los inversores. Tras iniciar la sesión presos de una fuerte oleada de ventas —en el caso del Ibex 35, el principal indicador de la Bolsa española, el día empezó con un descalabro de algo más del 5 %—, los parqués europeos lograron recomponerse y acabar el día mejor de lo que lo habían empezado. Con pérdidas, eso sí. París y Milán cayeron en torno a un 1 %, Londres bajó un 0,5 %; y Fráncfort, que se llevó la peor parte, retrocedió un 2 %.

Un 0,99 % fue lo que retrocedió el Ibex, en el que los más perjudicados fueron, un día más, los valores ligados al turismo y los bancos. Estos últimos, lastrados por la desconexión de algunas entidades rusas del sistema swift y por la posibilidad de que el Banco Central Europeo deje para más adelante la subida de los tipos de interés.