
Las fuerzas rusas toman la central de Zaporiya, pese a la resistencia del Ejército ucraniano
04 mar 2022 . Actualizado a las 22:11 h.Vladimir Putin siembra el miedo en Europa a que su invasión de Ucrania derive en una guerra nuclear, bien sea por el uso de misiles con ojivas atómicas (ya en alerta temprana) o bien por un incidente causado por una incursión militar, como la ocurrida en la mayor central nuclear de Europa. Las fuerzas rusas tomaron este viernes el control de la planta de Zaporiyia, en el frente sur, después de una noche de encarnizados combates con los defensores ucranianos, cuya envergadura precipitó la alarma internacional ante el riesgo de un accidente de consecuencias incalculables.
Las unidades rusas hicieron uso de munición trazadora de ametralladora, misiles y proyectiles disparados desde los tanques que cercaban el complejo. Uno de ellos alcanzó un edificio administrativo. Se declaró un incendio y uno de los reactores tuvo que ser desconectado. Debido a los intensos bombardeos, los bomberos tardaron en acceder a la planta para extinguir el fuego, que finalmente quedó controlado.
En su reiterada política de negar lo evidente, Moscú culpó del incidente a saboteadores ucranianos. Un relato desmentido por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que certificó que el proyectil que impactó en Zaporiyia provenía de las fuerzas rusas. De momento, se desconoce qué intenciones tiene el Ejército ruso, aunque algunas fuentes consideran factible que utilice la planta para amenazar con un posible colapso energético que deje sin servicio a gran parte del país.
En el noveno día de invasión, Putin siguen intensificando la ofensiva para llevar a cabo su plan para ocupar Ucrania e imponer un Gobierno títere en Kiev. En una conversación telefónica, el canciller alemán, Olaf Scholz, instó al jefe del Kremlin a poner fin a los combates y a abrir corredores humanitarios. La respuesta de Putin fue anunciar que la tercera ronda negociadora con la parte ucraniana tendrá lugar este fin de semana.
Resistencia ucraniana
El Ministerio de Defensa ucraniano sacó músculo y afirmó que su principal objetivo es el de «resistir» la ofensiva rusa, según declaró su titular, Oleksiy Reznikov. Espoleado por la sólida defensa de Kiev y la ralentización del avance invasor, Reznikov se mostró exultante con la «contraofensiva exitosa» de las tropas ucranianas, que ha conseguido «frenar» las intenciones bélicas del Kremlin «en todas las direcciones»; las mismas palabras que Putin utilizó esta semana para ordenar a sus soldados extender los combates de punta a punta de la exrepública soviética. Eso sí, el ministro reconoció que la situación es «mucho más compleja» en el sur, donde Rusia está a punto de cerrar un cinturón a lo largo de la frontera con el que le resultaría más sencillo seguir avanzando hacia la capital.
Hay tres zonas especialmente sometidas a la estrategia de la guerra. Odesa, la principal ciudad portuaria, amenazada desde hace tres días por un posible desembarco. Los medios locales informaron que la Armada rusa ordenó a parte de su flota en el mar Negro poner rumbo a este enclave, lo que augura, según Kiev, un inminente ataque. Lo mismo sucede con Mariúpol, un tercer enclave donde los rusos intentan doblegar la resistencia local.
El segundo punto es Járkov. Pese a la resistencia de los ucranianos, la considerada segunda capital del país lleva camino de convertirse en una zona arrasada por los continuos bombardeos. Járkov «sigue siendo una fortaleza insuperable». «Ahora toda Europa sabe que Járkov no solo es un centro intelectual e industrial sino también una ciudad orgullosa con ciudadanos valientes», dijo el ministro.
A su juicio, un factor clave para que Kiev aún no haya sido sitiada reside en los combates continuos en las regiones de Sumy y Chernígov, donde «los vehículos blindados rusos destruidos ya deben contarse no por unidades sino por batallones y brigadas», señaló Reznikov, para quien los soldados y las milicias «luchan como cíborgs, pero hay un corazón en sus pechos. Cada uno será honrado como un héroe».
La Armada ucraniana hunde una de sus fragatas para que no caiga en manos rusas
El misterio que rodeaba el hundimiento de la fragata Hetman Sahaidachniy en Mykolaiv, ciudad portuaria del mar Negro, ha quedado resuelto. El Ministerio de Defensa ucraniano confirmó que el naufragio de su buque insignia fue provocado por su propia tripulación para que no cayera en manos rusas. El barco quedó varado sobre el costado de babor después de que los marineros reventasen el casco con una carga explosiva.
Pese a que en un primer momento se especuló con una acción de saboteadores o un accidente debido a una deficiente conservación, la Armada explicó que dio la orden de hundirlo ante la eventualidad de que las tropas del Kremlin lo capturasen. Mykolaiv es uno de los puntos claves para cerrar la salida ucraniana al mar Negro. Cuenta con dos puertos y en su día albergó tres astilleros y la principal fábrica naval ucraniana. La ciudad tiene un lugar en la historia de la tragedia bélica europea: los nazis la conquistaron a sangre y fuego matando a 35.000 habitantes. La caída del puerto puede producirse en cualquier momento.
La suerte de Odesa, en manos de los voluntarios y las tormentas en el mar
I.Ortega/ M. Vignanski
Voluntarios de Odesa, a orillas del mar Negro, están reuniendo ayuda para los soldados ucranianos y miembros de las Fuerzas de Defensa Territorial y rezan para que haya tormentas en el mar que eviten el desembarco del enemigo ruso en la costa. «Abrimos un centro humanitario en la calle de uno de los fundadores de nuestra ciudad, [el duque de] Richelieu. Los alimentos y la ropa de abrigo llegan sin parar, trabajamos las 24 horas», dijo por teléfono la voluntaria Inga Kordinóvskaya. «Luego distribuimos todo a los defensores de la ciudad», explica.
Tiene 30 años y es abogada. No teme dar su nombre, porque está comprometida con una «misión humanitaria sagrada» en una ciudad estratégica cuyo primer alcalde a principios del siglo XIX fue el francés Armand Emmanuel du Plessis, duque de Richelieu. «Aquí se han reunido unos 80 voluntarios. Todos personas de diferentes profesiones. Nos hemos olvidado quién de nosotros es abogado o profesor. Lo principal es ayudar lo mejor que podamos», sostiene Inga. «Los odesitas son personas especiales. Nos conocen mejor por nuestro humor. Esto es en tiempos de paz. Y cuando nuestra patria está en peligro, el humor también protegerá contra los invasores rusos», afirma.
El centro de voluntarios está ubicado cerca de la famosa Ópera en el popular mercado de alimentos de Odesa. Sobre la entrada hay una gran bandera blanca con una cruz roja. «Esta es una guerra contra Ucrania. Todos están dando todo lo que pueden para ayudar. El pueblo ucraniano no perdonará a Putin por sus crímenes», dice otra voluntaria llamada Yelena. «Quieren destruir nuestra Odesa, pero lo único que verán será el fondo del mar Negro», dijo el presidente Zelenski.