La amenaza de accidente nuclear crece con el acceso ruso a la mayor central de Ucrania

D. Casas REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

Panorámica de la central de Chernóvil
Panorámica de la central de Chernóvil BlackSky

La AIEA advierte de que las instalaciones atómicas «no pueden correr peligro en ninguna circunstancia»

03 mar 2022 . Actualizado a las 08:26 h.

De posibilidad remota a riesgo de desencadenar un accidente radiactivo de consecuencias incalculables. La preocupación sobre la seguridad de los 15 reactores nucleares en activo, distribuidos en cuatro plantas de energía por distintos puntos de Ucrania, crece en la misma proporción que lo hace el avance del Ejército ruso por territorio ucraniano. Las alertas ya saltaron al inicio de la invasión, cuando se produjeron los primeros enfrentamientos en la zona de exclusión de Chernóbil, el escenario del mayor desastre atómico del mundo en 1986.

El temor a que se produzca una catástrofe nuclear mantiene en vilo a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), encargada de centralizar y monitorizar cada movimiento que se produce en torno a los cuatro complejos energéticos. De hecho, este miércoles la junta de gobierno del organismo internacional de la ONU confirmaba que las fuerzas rusas controlaban el entorno de la principal central nuclear, la de Zaporiyia, al sur del país, y ha advertido de que un hipotético «accidente» afectaría a toda la región. Sobre todo, porque se trata de la instalación más grande de Ucrania y de Europa, con seis reactores en funcionamiento.

Las delegaciones de los 36 países que conforman la organización se mantuvieron reunidas durante todo la jornada de ayer por la situación «sin precedentes» que se está produciendo y porque «nunca antes había tenido lugar un conflicto de esta magnitud en un país con centrales atómicas», señaló el presidente de la AIEA, el argentino Rafael Grossi.

La dimensión del problema es de tal envergadura que todos los foros, organismos y expertos consultados han redireccionado su opinión a la AIEA como única voz autorizada para abordar una cuestión sin precedentes en un escenario bélico.

Hasta ahora, el regulador nuclear ucraniano había asegurado al AIEA que todos sus reactores estaban funcionando de manera segura. Sin embargo, el avance ruso hacia Zaporiyia ha hecho activar todas las alertas. 

Radiografía

Una radiografía sobre el potencial de los complejos nucleares de Ucrania permite comprender la trascendencia de estas advertencias. La exrepública soviética heredó parte de su actual infraestructura nuclear al independizarse de la Unión Soviética. El desarrollo de su red de centrales atómicas comenzó en 1970 con la construcción de la planta de Chernóbil y esta industria energética estuvo durante muchos años estrechamente relacionada con Rusia. De hecho, doce de los quince reactores que conforman la actual red operan desde la era soviética. A los que habría que añadir dos nuevas unidades (de un total de cuatro proyectadas) que, hasta que estalló la guerra, estaban en construcción, dentro de los planes energéticos diseñados por el Gobierno de Kiev para los próximos años. Inversiones que quedarán comprometidas con el reguero de devastación que dejará a su paso la guerra. 

Dependencia

La dependencia de Ucrania de la energía nuclear es de las mayores del mundo (en Europa, por detrás de Francia y Eslovaquia). Solo si logra mantener encendidos los reactores podrá seguir funcionando al margen de la ofensiva militar. Más del 50 % de su electricidad procede de sus centrales atómicas, que no han dejado de actualizar para extender su vida útil más allá de lo previsto. La empresa estatal National Nuclear Energy Generating Company (Energoatom) ocupa el séptimo lugar en el mundo en cuanto a producción de electricidad nuclear, con 76.400 millones de kWh generados en el 2020.

De acuerdo con la información facilitada por el regulador ucraniano a la AIEA, en estos momentos seis de los quince reactores se encuentran parados, aunque no ha trascendido si las razones de esa desconexión a la red eléctrica se debe a cuestiones de mantenimiento o están relacionadas con el conflicto bélico. Lo que sí se sabe es que de esos seis reactores, tres se corresponden con los de la mayor planta del país.

Sea como fuera, la Agencia Internacional de Energía Atómica ha apelado a la «contención» y señala que «la seguridad de las instalaciones nucleares y del material radiactivo no puede correr peligro en ninguna circunstancia».