Putin esgrime su fuerza nuclear ante la OTAN mientras acepta negociar con Kiev

b. s. indart / r. m. mañueco MOSCÚ / EFE, COLPISA

INTERNACIONAL

Representantes de Rusia y Ucrania se reunirán en un puesto de la frontera ucraniano-bielorrusa

28 feb 2022 . Actualizado a las 09:54 h.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, esgrimió este domingo su poderío nuclear ante el chaparrón de sanciones occidentales y las «declaraciones agresivas» de los líderes de la OTAN, mientras aceptaba entablar negociaciones con Ucrania, en el cuarto día de la «operación militar especial» que lanzó sobre este territorio.

«Los más altos cargos de los principales países de la OTAN se permiten declaraciones agresivas en contra de nuestro país, por eso ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor poner las fuerzas de disuasión del Ejército ruso en régimen especial de servicio», dijo Putin.

El mandatario impartió esta directiva con el ceño adusto en una reunión con el titular de Defensa, Serguéi Shoigú, y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, Valeri Guerásimov, según la imágenes transmitidas por la televisión estatal.

Las fuerzas de disuasión de Rusia las componen las estratégicas nucleares, incluidos los misiles intercontinentales, así como fuerzas no nucleares, y la defensa antimisiles, el sistema de alerta temprana y la defensa antiaérea.

Putin no precisó en qué consiste el «régimen especial de servicio», pero fue interpretado inmediatamente por Occidente como una puesta en estado de alerta del potencial nuclear del país.

«Comportamiento irresponsable» y «peligrosa retórica». Con esas palabras calificó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el anuncio del jefe del Kremlin. Agregó que a ello se suma lo que «los rusos están haciendo sobre el terreno en Ucrania, lanzando una guerra contra una nación soberana independiente. Esto añade gravedad a la situación», dijo.

Desde Washington acusaron al presidente ruso de continuar con su táctica de «fabricar amenazas» para «justificar agresiones». En las imágenes emitidas de la reunión con Shoigú y Guerásimov, Putin habló de las «ilegítimas sanciones occidentales», pero no hizo ninguna referencia a su «operación militar especial», como denomina a la invasión.

Mientras, el Ministerio de Defensa reconoció por primera vez en cuatro días de guerra la existencia de bajas en las filas del Ejército. «Lamentablemente tenemos camaradas muertos y heridos», declaró en rueda de prensa el portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Konashénkov, sin especificar su número. Tras señalar que las pérdidas rusas son «considerablemente menores que la cantidad de nacionalistas aniquilados o de bajas en las Fuerzas Armadas de Ucrania», el portavoz castrense admitió la «existencia de prisioneros de guerra capturados por las fuerzas ucranianas». Según Kiev, las bajas mortales de los rusos en cuatro días de guerra ascienden a más de 4.300 mientras que las propias suman 352, todas cifras imposibles de contrastar.

Negociación en la frontera

En esta tesitura, Rusia y Ucrania acordaron celebrar negociaciones en el puesto de control de Aleksandrovka-Vilcha, en la frontera ucraniano-bielorrusa, junto a la «zona de exclusión» creada en torno a la central nuclear de Chernóbil tras el accidente de 1986. Se prevé que las conversaciones tengan lugar este lunes, según informa Efe.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, que este domingo hizo un llamamiento a los extranjeros a unirse a lucha contra el invasor en Ucrania, explicó que aceptó negociar «para que más tarde ni un solo ciudadano de Ucrania tenga la menor duda» de que él trató de detener la guerra, «cuando había una pequeña, pero aun así una oportunidad». Su ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, advirtió de que su país no va a «capitular ni a entregar una pulgada del territorio».

«Vamos a escuchar lo que quiere decir Rusia (...) y a decir lo que pensamos de esta guerra», dijo el jefe de la diplomacia ucraniana en una rueda de prensa sobre las conversaciones que se mantendrán con Rusia en la frontera ucraniano-bielorrusa.

Kuleba agregó que cuando el jueves Putin lanzó la invasión no quería negociaciones y ahora, cuando ve que ha fracasado su plan de «guerra relámpago» y sufre pérdidas por la resistencia de Ucrania, quiere negociar. «Esto para nosotros ya es una victoria», dijo el ministro, quien recalcó que las negociaciones en ningún caso significan que las Fuerzas Armadas ucranianas dejarán de combatir a las tropas rusas que entraron en su territorio.

Járkov y Kiev resisten

En el frente de batalla, los combates más encarnizados discurrieron este domingo en Járkov, la segunda ciudad más importante del país, tras Kiev. Parecía cuestión de horas que esta localidad del este de Ucrania cayera en manos de los rusos. Sin embargo, su gobernador, Oleg Sinegúbov, declaró por la tarde en las redes sociales: «Járkov está totalmente bajo nuestro control (…) estamos eliminando al enemigo».

Kiev, mientras tanto, seguía registrando combates esporádicos y bombardeos en su periferia, pero resistía el envite de las fuerzas rusas. Una de esas explosiones en las afueras de la capital alcanzó en la localidad de Vasilkov, 40 kilómetros más al sur, un depósito de carburante, causando un gigantesco incendio y mucha contaminación ambiental. El Gobierno ucraniano también confirmó el impacto de un misil contra una instalación de desechos radiactivos cerca de Kiev, aunque dijo no tener constancia de daños en el edificio ni indicios de emisión radiactiva.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, por su parte, confirmó el lanzamiento de misiles rusos contra Ucrania desde su país, en torno a las 23.00 horas del día 23, víspera de la invasión.