La UE y EE.UU. expulsarán a bancos rusos de la red de pagos internacional

Cristina Porteiro
C. Porteiro REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen JOHANNA GERON | Reuters

Moscú lleva 9 años preparando su escudo financiero para resistir sanciones

27 feb 2022 . Actualizado a las 09:21 h.

La Unión Europea (UE) está dispuesta a pagar el precio que sea necesario para evitar que Rusia tome el control de Ucrania.

Lo demostró ayer. Al filo de la medianoche, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció una de las medidas más deseadas por el Gobierno de Kiev: la exclusión del sistema Swift de «ciertos bancos escogidos», una red que permite interconectar a más de 11.000 entidades financieras de todo el mundo para realizar pagos. El objetivo es claro: dejar sin gasolina a la maquinaria de guerra rusa.

En la práctica, la UE, junto a Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, asestarán un golpe muy doloroso a Rusia, al reducir al mínimo su capacidad de operar en los mercados, complicando tanto las exportaciones como las importaciones. Se trata de un dardo a la base de flotación de su economía.

Con esta maniobra, la UE podría llevarse por delante el 5 % de la riqueza que produce Rusia en un año, según calculó en el 2014 su propio Gobierno. «Una sanción similar sobre Irán resultó en una pérdida de hasta un tercio de su comercio exterior», señalan desde Bruegel. Aunque también tendrá consecuencias de vuelta. Las más inmediatas se notarán enseguida en los mercados energéticos, puesto que Rusia es el gran proveedor de gas de Europa.

La ofensiva no acaba aquí. Bruselas también tiene intención de paralizar los activos del banco central ruso, de forma que no podrá utilizar sus reservas internacionales para hacer frente a esta guerra económica. Por último, los oligarcas rusos deberán despedirse de sus activos en los mercados occidentales. Quedarán congelados. Aunque está por ver si podrán sortear la prohibición cambiando su propiedad.

¿Contaba Moscú con esta nueva ola de sanciones? Aunque el presidente ruso, Vladimir Putin, subestimó la determinación de Occidente, lo cierto es que la hemeroteca sugiere que sí. Comenzó a preparar la completa invasión de Ucrania desde que tomó Crimea en el 2014. Desde entonces, ha ido desplegando un escudo financiero para protegerse de las sanciones.

El primer paso que dio fue reducir de forma progresiva el volumen de su deuda en manos extranjeras, especialmente la denominada en dólares. La economía rusa ha dependido siempre del dólar para comerciar. En el mercado de gas o petróleo, es la divisa dominante. Pero desde el 2014, Moscú ha redoblado los esfuerzos para reducir su uso, sustituyéndolo por el euro en las operaciones de venta. También ha ido cambiando su deuda viva de dólares a rublos y oro.

Sistema bancario alternativo

Putin no da puntada sin hilo. Por eso en sus planes de invasión incluyó otro punto crucial: buscar alternativas al sistema Swift por si le cortaban las conexiones bancarias, como pasará después de que Italia, Chipre, Hungría y, finalmente Alemania hayan levantado sus reservas. Moscú ya había previsto ese escenario. En el 2014 puso en marcha su propio sistema de pagos bancarios: el SPFS. No solo eso. Ha negociado con Pekín para integrarlo en la plataforma gemela china: CBIBPS.

Cuenta atrás

Si Rusia aguantará o no la asfixia financiera, aún se desconoce. Hay quien cree que la ofensiva tiene los días contados: «La guerra les cuesta unos 17.700 millones de euros al día. Solo hay misiles para 3 o 4 días como mucho», señaló ayer el eurodiputado y ex jefe de Defensa estonio, Riho Terras.