No obstante, Biden dejó la puerta abierta a la diplomacia, ya que, en su opinión, «no es demasiado tarde para desescalar y regresar a la mesa de negociaciones».
La Voz
La tensión se dispara en el pulso que mantiene Rusia con Occidente en la crisis de Ucrania. Al agravamiento de las hostilidades en la región separatista prorrusa del Donbás y el anuncio de la evacuación de civiles, se unió un nuevo desafío del Kremlin: el presidente Vladimir Putin sacará hoy músculo militar al ponerse al mando de unas maniobras para verificar la fiabilidad de los misiles estratégicos nucleares y convencionales del arsenal ruso.
A primera hora de este viernes, el líder de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Denís Pushilin, ordenó la evacuación «masiva» a Rusia de los civiles residentes en el enclave —comenzando por mujeres, niños y ancianos— en una maniobra dudosa y de evidente sobreactuación. Explicó que la causa se debe a que las tropas ucranianas «planean una ofensiva», algo que Kiev rechazó «categóricamente». Asimismo, Pushilin instó a «los habitantes capaces de empuñar armas» a que se preparen para «defender la república». Le secundó el jefe prorruso en Lugansk, Leonid Pasechnik, quien llamó también a las armas «a todos los hombres» y los puso en alerta de combate.
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