R. Paíno
Desde hacía tiempo, el FBI seguía los pasos de Emma Coronel Aispuro, una exreina de la belleza que se convirtió hace trece años en la última esposa del narco Joaquín el Chapo Guzmán. El lunes fue detenida en el aeropuerto internacional de Dulles, en el norte del estado Virginia, muy cerca de Washington, por presunto tráfico de drogas. Este martes, una jueza federal ordenó mantenerla detenida sin fianza. Enfrenta una pena mínima de 10 años de cárcel y una máxima de cadena perpetua.
La mujer, de 31 años y de nacionalidad mexicano-estadounidense, está acusada de participar en un entramado para distribuir cocaína, metanfetaminas, heroína y marihuana hacia Estados Unidos, según el Departamento de Justicia de EE.UU. También se le acusa de conspirar con terceras personas para ayudar a Guzmán a fugarse de prisión de Altiplano, en la localidad mexicana de Almoloya de Juárez, el 11 de julio del 2015.