Así fue la operación estadounidense en Siria que acabó con el líder del Estado Islámico

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

Vivienda blanco de la incursión de las fuerzas especiales estadounidense en la zona de Atme, en la provincia siria de Idlib.
Vivienda blanco de la incursión de las fuerzas especiales estadounidense en la zona de Atme, en la provincia siria de Idlib. YAHYA NEMAH | efe

El ataque causó al menos 13 muertos, entre ellos varios menores, en el último bastión rebelde sirio. Un alto cargo de seguridad de la Casa Blanca aseguró que la muerte de Al Quraishi se produjo al hacer estallar una bomba que portaba consigo rodeado de miembros de su familia

03 feb 2022 . Actualizado a las 22:46 h.

La operación estadounidense que terminó con la muerte del líder del grupo terrorista Estado Islámico (EI), Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, tardó meses en planificarse y se desarrolló en un ambiente de alta tensión debido a la presencia de civiles y niños en el edificio donde estaba el objetivo.

Altos funcionarios estadounidenses dieron detalles este jueves de cómo se organizó y llevó a cabo la operación, aunque no quisieron confirmar el número de víctimas mortales, que -según los rescatistas de los Cascos Blancos y Unicef- fueron un total de 13, entre ellos seis menores.

Estas son las claves de la operación, según el relato de Estados Unidos:

antecedentes

Meses de preparación. La planificación de la operación duró «meses»: el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue informado por primera vez al respecto en diciembre, cuando su equipo de inteligencia se cercioró por completo de que era Al Qurashi quien se escondía en un edificio en la zona de Atme, en la provincia noroccidental siria de Idlib.

«Se informó al presidente de una serie de posibles opciones para acabar con este objetivo terrorista y de la extraordinaria complejidad, debido al número de niños que había en la zona, y familias en el primer piso», dijo uno de los funcionarios en una rueda de prensa telefónica.

dia de la operación

Tensión en la sala de crisis El propio Biden explicó en un discurso en la Casa Blanca que ese contexto motivó su «decisión de llevar a cabo una redada de fuerzas especiales, algo mucho más arriesgado» para los militares estadounidenses, «en lugar de lanzar un ataque aéreo».

El presidente dio la luz verde a la operación el martes por la mañana en el despacho oval este miércoles por la noche supervisó los «aspectos clave de la operación» desde la sala de crisis (Situation Room) de la Casa Blanca, indicó el citado funcionario.

«Hubo una tensión enorme, dado el número de niños que sabíamos que estaban en la vivienda, en el primer piso», agregó la fuente, que pidió el anonimato.

supervivientes

Varios civiles se salvaron, entre ellos ocho niños. Al comienzo de la operación, las fuerzas estadounidenses entraron en el edificio y pidieron que todo el mundo saliera, tras lo que una familia que vivía en el primer piso «salió y fue trasladada a un lugar seguro», indicó la fuente.

En total, hubo ocho niños que salieron del edificio y se salvaron, entre ellos cuatro que estaban en el segundo piso, donde las fuerzas estadounidenses mataron a otro terrorista del EI y a su esposa, según el funcionario.

operación 

Inmolación en el tercer piso. Al Qurashi se encontraba en el tercer piso y,poco después de comenzar la operación, «decidió volarse a sí mismo por los aires», al detonar un explosivo que mató «a varios miembros de su familia», explicó Biden en su discurso.

En concreto, ese acto suicida mató al líder del EI, a una mujer y a tres niños, dijo luego a periodistas la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.

Según el citado funcionario estadounidense, «la explosión fue tan fuerte en el tercer piso que expulsó cuerpos fuera de la casa y hasta las zonas circundantes».

Antes de lanzar la operación, el Gobierno estadounidense se había asegurado «con un alto grado de confianza» de que el edificio donde se escondía Al Qurashi «era estructuralmente sólido» y «no se derrumbaría» si el yihadista se suicidaba con la detonación de una bomba, agregó.

«Dudo de que él [Al Qurashi] lo supiera (...) Probablemente, su intención era matar a todo el mundo que estuviera en el edificio», aseguró el funcionario.

resitencia de su lugarteniente

Enfrentamiento en el segundo piso. Las fuerzas especiales estadounidenses sabían que en el segundo piso vivía un lugarteniente de Al Qurashi, un «terrorista del EI» al que no identificaron y que se «atrincheró» junto a su esposa en esa planta, agregó la fuente.

Ambos abrieron fuego contra el equipo estadounidense, que finalmente les mató, y, continuación, cuatro niños que estaban en ese piso salieron y «fueron llevados a un lugar seguro», afirmó el funcionario, que reconoció no saber si podía haber más menores en la habitación donde murió el yihadista y su mujer.

Operativo

En la operación participaron unos 50 miembros de las Fuerzas Especiales de EE.UU., conocidas como Delta. El comando de intervención llegó en cuatro helicópteros MH-60 Blackhawk. En el lugar drones armados MQ-9 Reaper y cazas F-16 vigilaron desde el aire.

Restos del helicóptero estadounidenses destruido por un caza tras sufrir una avería.
Restos del helicóptero estadounidenses destruido por un caza tras sufrir una avería. VIDEO OBTAINED BY REUTERS

El principal revés en la operación, en la que no hubo ninguna víctima estadounidense, fue un «fallo mecánico» en un helicóptero, que tuvo que ser «trasladado a otro lugar» y finalmente «destruido», de acuerdo con el funcionario.

¿porque se lanzó contra un edificio con civiles?

Al Qurashi nunca abandonaba su vivienda. El funcionario justificó la decisión de llevar a cabo la operación en un edificio habitado por civiles al afirmar que Al Qurashi «nunca abandonaba la casa», con la excepción de «subir en ocasiones al tejado para bañarse».

«Dirigía [las operaciones del Estado Islámico]mediante mensajeros que iban y venían, y usaba a gente inocente [que vivía en el edificio] como escudo», agregó. 

Biden anuncia la muerte del líder del Estado Islámico

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado este jueves la muerte del líder de Estado Islámico, Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, durante una operación llevada a cabo por las fuerzas especiales estadounidenses en la provincia siria de Idlib (noroeste). «La pasada noche y bajo mis órdenes, las fuerzas militares de Estados Unidos en el noroeste de Siria llevaron a cabo de forma exitosa una operación antiterrorista para proteger al pueblo estadounidense y a nuestros aliados y hacer del mundo un lugar más seguro», ha manifestado.

«Gracias a las capacidades y la valentía de nuestras Fuerzas Armadas, hemos sacado del campo de batalla a Abú Ibrahim al Hashimi al Quraishi, el líder de Estado Islámico», ha indicado Biden en un breve comunicado publicado por la Casa Blanca tras la operación, informa Europa Press.

Biden ha hecho hincapié en que las fuerzas estadounidenses implicadas en la redada han vuelto a sus bases sin sufrir bajas, antes de agregar que en las próximas horas realizará declaraciones públicas para dar más detalles sobre la operación. «Que Dios proteja a nuestras tropas», manifestó.

Al Qurashi, el líder invisible del Estado Islámico 

Isaac J. Martín | EFE

Abu Ibrahim al Hashimi al Qurashi, el líder del grupo yihadista Estado Islámico (EI) que sucedió a Abu Bakr al Bagdadi, ha sido un completo misterio. Después de ser proclamado hace dos años «califa» del califato ya derrotado, fue asesinado esta madrugada. Nacido en octubre de 1976 cerca de Mosul (ciudad que en el 2014 se convirtió en la capital de facto del EI en Irak), con el nombre de Mohamed Said Abdelrahmán al Maula, fue uno de los ulemas de Al Qaida en Irak y posteriormente se unió al EI, ascendiendo rápidamente en sus filas hasta convertirse en «viceemir» y hombre de confianza de Al Bagdadi.

Tras la muerte del líder en una operación estadounidense en octubre del 2019 en la provincia siria de Idlib, muy similar a la que esta madrugada acabó con su vida, Al Qurashi tomó las riendas de una de las organizaciones terroristas más temidas de las últimas décadas que tiene filiales en países de todo el mundo.

Ahora se plantea la incógnita de quién sucederá a un líder que ha permanecido completamente en la sombra, mientras su organización ha seguido operando pese a haber perdido sus dominios territoriales en Irak, a finales del 2017, y en Siria, a principios del 2019.

Un líder cuestionado

Desde que fuera nombrado como sucesor de Al Bagdadi, la identidad y biografía de Al Qurashi han sido un verdadero quebradero de cabeza para los servicios de Inteligencia, empezando por su origen. Al Qurashi nació en la aldea de Al Mahalabiyah, en el norte de Irak y habitada por la minoría étnica de los turcomanos, lo que llevó a varios Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU a considerar que su posición de líder era solo «temporal» porque no tendría la suficiente legitimidad y apoyo entre los combatientes del EI al no descender de la tribu de Quraish. Uno de los tantos nombres con los que se le conocía a este terrorista iraquí era Abu Omar al Turkmani (Abu Omar el turcomano).

El propio Consejo de Seguridad dijo en uno de los últimos informes en el que se hace referencia a Al Qurashi, en febrero del 2021, que el líder del EI «permanece invisible, evitando la comunicación directa, presuntamente para evitar el destino de su predecesor de ser rastreado y asesinado».

De hecho, Al Qurashi pagó un precio muy alto por esa invisibilidad: el decaimiento del ánimo de los partidarios del EI, cuyas operaciones en territorio europeo, por ejemplo, se vieron muy reducidas respecto al período en el que Al Bagdadi lideró el grupo extremista.

Según recoge la ONU, el portavoz del EI, Abu Hamza al Qurashi, es quien ha actuado de «sustituto del califa» en los medios de la otrora poderosa maquinaria de propaganda del grupo, aunque solo ha difundido cuatro mensajes de voz a través de la productora afín, Al Furqan, desde su nombramiento en octubre del 2019.

10 millones de dólares por su cabeza

Al Qurashi ya era un hombre conocido por las fuerzas estadounidenses, que lo detuvieron en el 2008 en Irak y lo llevaron a Camp Bucca, el mayor centro de detención de EE.UU. en ese país, donde fue sometido a numerosos interrogatorios. Pero poco después, fue liberado bajo circunstancias desconocidas y se unió a Al Bagdadi, que también estuvo en ese campamento, para ser nombrado posteriormente líder religioso en la provincia de Nínive (norte), cuya capital es Mosul.

De acuerdo a documentos publicados el año pasado por el Centro de Lucha contra el Terrorismo de la Academia Militar de EE.UU. en West Point (Nueva York), Al Qurashi llegó a revelar durante los interrogatorios el paradero y diferentes detalles sobre terroristas en Irak, mostrando un grado de cooperación con los estadounidenses, aunque luego se retractó de algunos comentarios, según esos informes.

En el 2019, el Departamento del Tesoro estadounidense ofreció 5 millones de dólares como recompensa por cualquier información relacionada con Al Qurashi, cantidad que dobló al año siguiente y que seguía estando en vigor hasta su muerte hoy.

Esa cifra se debe a que, según Washington, Al Qurashi ayudó a impulsar y justificar el secuestro, matanza y tráfico de minorías étnicas, como la yazidí en el noroeste de Irak, y supervisó las operaciones globales del grupo yihadista, que siempre ha tenido como objetivo preferente al enemigo americano.