Uno de los puntos principales de la investigación aborda el trato de los palestinos como «amenaza demográfica» para Israel y AI concluye que las autoridades israelíes apuestan por «privilegiar a la población israelí judía en el reparto de tierras y recursos, y reducir al mínimo la presencia y el acceso a la tierra de la población palestina». En este esfuerzo por judaizar la tierra, el informe destaca que la población palestina «no tiene la ciudadanía y la mayoría es considerada apátrida» y recuerda que a los refugiados expulsados de sus casas en las guerras de 1947 y 1967 «se les sigue negando el derecho a retornar».
AI se fija también en las protestas semanales del 2018 en la barrera de separación de Gaza, en las que el Ejército israelí mató a tiros a 214 civiles, 46 de ellos menores de edad. La investigación considera estas muertes como «homicidio ilegítimo de manifestantes».