Las tres rutas para invadir Ucrania

INTERNACIONAL

Soldados rusos realizando ejercicios de artillería en la región de Rostov
Soldados rusos realizando ejercicios de artillería en la región de Rostov Efe

Los analistas estiman que, de producirse una ofensiva rusa, llegaría desde el norte por Bielorrusia, a través de la región rebelde de Donbás o desde la península de Crimea

29 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Mientras el planeta contiene la respiración y confía en que los movimientos diplomáticos entre Occidente y el Kremlin obren lo que ahora parece un milagro y la amenaza de una guerra inminente se esfume, los analistas ya dibujan sobre los mapas de Europa cuáles serían los escenarios más probables en el caso de que finalmente Rusia invadiese Ucrania. Según un informe del Center for Strategic and International Studies (CSIS), hay tres grandes opciones sobre el tablero para ejecutar la ofensiva rusa: por el norte, a través de la frontera de su aliado bielorruso; desde la región de Donbás, bajo control de las fuerzas separatistas prorrusas; o a través del istmo de Perekop, desde la península de Crimea, ocupada por Moscú desde el 2014.

Tres posibles ataques que incluyen, a su vez, variantes y alternativas en función de si el Kremlin decide ocupar todo el territorio ucraniano o solo una parte esencial que deje bajo control ruso los recursos estratégicos y el acceso al mar Negro.

invasión total o parcial

Ocupación hasta el Dniéper y toma de Odesa. La invasión total de Ucrania parece improbable, ya que acarrearía las sanciones más graves previstas por Occidente, por lo que el documento del CSIS, aunque sin descartar esta hipótesis, plantea posibles ocupaciones parciales del territorio ucraniano. Una opción es que el despliegue ruso llegase hasta el río Dniéper, incluyendo así Kiev en la región bajo control del Kremlin. Los planes de Putin podrían contemplar también anexionarse una franja colindante al territorio rebelde de Transnistria, en Moldavia, y una ofensiva contra la ciudad portuaria de Odesa, cerrando así el acceso de la Ucrania no ocupada al mar Negro. Una alternativa sería invadir todo el territorio que va desde Transnistria, en la frontera con Moldavia, hasta Donbás y Rusia, ocupando toda la franja costera y dejando el norte del país sin conexión con el mar de Negro y el mar de Azov. En función de estos objetivos militares, se plantean tres posibles vías para la ofensiva rusa.

desde el norte

Ataque desde la frontera del aliado bielorruso. Dando por hecho el apoyo total del presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko, a Vladimir Putin, Rusia podría combinar un ataque desde sus propias líneas al norte de Ucrania con una invasión terrestre desde Bielorrusia, ruta que ofrece la vía más rápida a Kiev. Las maniobras conjuntas que Minsk y Moscú desarrollarán en febrero reunirán sobre terreno bielorruso a unos 300.000 soldados de ambos países.

por el centro

Tres posibles vías desde las líneas occidentales de Rusia. Una ofensiva central se podría lanzar desde la ciudad rusa de Belgorod, para llegar hasta la orilla del Dniéper, o, más al sur, desde la región de Rostov hacia Melitopol. El ataque que los analistas consideran más probable partiría de Donetsk, en el área de Donbás controlada por rebeldes prorrusos, para avanzar hasta Dnipró, también a la orilla del Dniéper. Para ejecutar esta ofensiva, Rusia dispone de 130.000 militares en la frontera con Ucrania y de otros 20.000 en Donbás.

desde el sur

Invasión a través del istmo de Perekop desde la península de Crimea. La península de Crimea, bajo control ruso desde la anexión del 2014, sería la base de un ataque que cruzaría el istmo de Perekop para avanzar hasta las ciudades de Jersón y Melitopol y, en una segunda fase, hasta Odesa y sus estratégicos muelles. Este despliegue cortaría la conexión de Ucrania con el mar Negro y limitaría de forma crucial su acceso a los recursos hídricos de la zona.

el factor atmosférico

La rasputitsa y el temido deshielo de marzo. El agua es precisamente otra de las claves del teatro de operaciones. La llamada rasputitsa, la infiltración del agua en el terreno, determina las fechas para una ofensiva rusa. Putin puede atacar en febrero, pero a partir de marzo, la tierra congelada se convertirá con el deshielo en un gigantesco lodazal que impedirá el avance de tropas, tanques y blindados por territorio ucraniano.

combates urbanos

La batalla por el control de las grandes ciudades. El análisis del CSIS destaca el problema que supondría para una fuerza invasora hacerse con el control de los núcleos urbanos, algo que ya supuso un serio desgaste para el Ejército ruso en la guerra de Chechenia en los años noventa, cuando Grozni se convirtió en un bastión de la resistencia local a la ocupación. Pero Grozni sumaba solo 400.000 habitantes, mientras que Kiev tiene tres millones, Kharkiv 1,5 millones y Odesa un millón de residentes. El Kremlin podría optar, en este escenario, por mantenerse al este del río Dniéper y cercar las grandes ciudades sin tomarlas.

Kiev despliega fuerzas para proteger incluso la devastada área de exclusión de Chernóbil

El 26 de abril de 1986, la explosión y el posterior incendio del reactor número 4 de la central atómica de Chernóbil —en aquellas fechas, parte de la Unión Soviética— causaron la mayor catástrofe nuclear de la historia. La radiación todavía afecta hoy en día a un área de exclusión de 2.600 kilómetros cuadrados en el norte de Ucrania, en la frontera con Bielorrusia. Su ubicación, a solo 150 kilómetros de Kiev, convierten este espacio devastado y sin presencia humana en una zona de paso estratégica en la ruta desde la Bielorrusia de Lukashenko —fiel aliado de Putin— a la capital de Ucrania. Ni siquiera la hecatombe radiactiva deja a Chernóbil fuera del tablero de una hipotética invasión rusa desde el norte.

«No importa si está contaminado o si nadie vive aquí», explica el teniente coronel Yuri Shakhraichuk, del servicio de vigilancia de fronteras ucraniano a The New York Times. «Es nuestro territorio, nuestro país, y debemos defenderlo», remacha.

Ucrania ha desplegado a 7.500 hombres en su frontera con Bielorrusia, incluyendo en esta cobertura los 145 kilómetros del perímetro de la zona de exclusión de Chernóbil, que hasta noviembre permanecía desprotegido. Ante las amenazas del Kremlin, Kiev ya no se fía del efecto disuasorio de la radiación y los pantanos de su entorno.