combates urbanos
La batalla por el control de las grandes ciudades. El análisis del CSIS destaca el problema que supondría para una fuerza invasora hacerse con el control de los núcleos urbanos, algo que ya supuso un serio desgaste para el Ejército ruso en la guerra de Chechenia en los años noventa, cuando Grozni se convirtió en un bastión de la resistencia local a la ocupación. Pero Grozni sumaba solo 400.000 habitantes, mientras que Kiev tiene tres millones, Kharkiv 1,5 millones y Odesa un millón de residentes. El Kremlin podría optar, en este escenario, por mantenerse al este del río Dniéper y cercar las grandes ciudades sin tomarlas.
Kiev despliega fuerzas para proteger incluso la devastada área de exclusión de Chernóbil
El 26 de abril de 1986, la explosión y el posterior incendio del reactor número 4 de la central atómica de Chernóbil —en aquellas fechas, parte de la Unión Soviética— causaron la mayor catástrofe nuclear de la historia. La radiación todavía afecta hoy en día a un área de exclusión de 2.600 kilómetros cuadrados en el norte de Ucrania, en la frontera con Bielorrusia. Su ubicación, a solo 150 kilómetros de Kiev, convierten este espacio devastado y sin presencia humana en una zona de paso estratégica en la ruta desde la Bielorrusia de Lukashenko —fiel aliado de Putin— a la capital de Ucrania. Ni siquiera la hecatombe radiactiva deja a Chernóbil fuera del tablero de una hipotética invasión rusa desde el norte.