Aseguran que su objetivo es «fortalecer la seguridad, combatir la piratería y el terrorismo marítimo»
21 ene 2022 . Actualizado a las 20:35 h.
Cuanto más aumenta la presión de Occidente, más fuerza adquiere la alianza entre Irán, Rusia y China. Mientras en Ginebra se reunían los ministros de Exteriores estadounidense y ruso, Antony Blinken y Serguei Lavrov, los Ejércitos de estos tres países comenzaron las maniobras navales conjuntas Cinturón de Seguridad 2022 en el golfo de Omán. Los participantes señalaron que el objetivo de estos ejercicios es «fortalecer la seguridad en la región, combatir la piratería y el terrorismo marítimo», en palabras del portavoz de la Armada iraní, Mostafa Tajeddini, quien recordó que esta es «un área de gran importancia por su cercanía a los estrechos de Ormuz, Malaca y Bab al-Mandeb». Por encima del valor estratégico del escenario elegido para las maniobras, las segundas que estos países organizan en el último año, la imagen de los once buques iraníes, tres rusos y dos chinos, además de lanchas y helicópteros de la Guardia Revolucionaria de Irán que participaron en la primera jornada envió al exterior un mensaje de fuerza y unidad. Los organizadores detallaron que están previstos combates nocturnos, operaciones de rescate y simulacros de extinción de incendios.
«Durante los ejercicios, los buques de la Amada Rusa, junto a las fuerzas navales chinas e iraníes, llevaron a cabo prácticas de tiro de artillería contra objetivos navales, maniobras tácticas conjuntas y misiones de búsqueda y rescate en alta mar», apuntó el Ejército ruso a través de la agencia Interfax. «China ha enviado al destructor Urumqi, el buque de suministro Taihu, helicópteros a bordo de los barcos y cuarenta infantes de marina para participar en los simulacros», dijo el ministerio de Defensa en Pekín.
Tras el fugaz acercamiento entre Irán y Estados Unidos con la firma del acuerdo nuclear en el 2015, la decisión de Donald Trump de romper el pacto y volver a imponer sanciones llevó a Teherán a girar a Oriente para buscar apoyo en Moscú y Pekín. Iraníes y rusos, además, han compartido trinchera en Siria donde han combatido en el lado de Bachar al Asad y su papel ha sido clave para que el presidente siga en su puesto después de diez años de guerra.