Downing Street descarta investigar las denuncias de chantaje contra los «tories» disidentes

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

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Boris Johnson, esta semana durante una sesión en la Cámara de los Comunes
Boris Johnson, esta semana durante una sesión en la Cámara de los Comunes UK PARLIAMENT / JESSICA TAYLOR HAN

Johnson cambia de estrategia y ahora busca acercarse a sus críticos dentro del Partido Conservador, para frenar una eventual moción de censura

22 ene 2022 . Actualizado a las 09:41 h.

La falta de coordinación sigue reinando en el Gobierno británico. Mientras el ministro de Comercio, Kwasi Kwarteng, consideraba este viernes que las denuncias de chantajes y presiones a los diputados tories que vienen pidiendo la cabeza de Boris Johnson, por su implicación en el escándalo del partygate, son de tal gravedad que deben ser investigadas, desde el 10 de Downing Street descartaban iniciar una averiguación.

«Cualquier forma de chantaje e intimidación no tiene cabida en la política británica (…) Tenemos que llegar al fondo del asunto. Me parece muy poco probable que estas acusaciones sean ciertas», declaró el funcionario a Sky News. Sin embargo, minutos después el portavoz del primer ministro dejaba claro que la opinión de Kwarteng no era compartida por el jefe del Ejecutivo y anunciaba que no habría ningún proceso, al menos por el momento.

«Si tenemos alguna evidencia que respalde esos señalamientos, por supuesto los revisaremos (…) Pero hasta ahora no hay ninguna prueba que respalde esas acusaciones tan serias», afirmó el portavoz gubernamental. El Partido Laborista ha pedido indagar sobre los señalamientos hechos el jueves por el tránsfuga Christian Wakeford y por el tory William Wragg, quienes denunciaron que responsables del Partido Conservador y ministros los amenazaron con retirarles fondos a sus circunscripciones o sacarlos de las listas electorales si insistían en su postura crítica con el premier.

Mientras ignora las denuncias de chantaje, el Gobierno enfoca sus esfuerzos en tratar de impedir la activación de la moción de no confianza contra Johnson. Así en las últimas horas el primer ministro y sus colaboradores habrían comenzado a tender puentes con los diputados tories críticos, según la BBC.

«Está claro que la maquinaria de disciplina del partido se ha averiado por completo, y en Downing Street se han dado cuenta de que han cometido un enorme error. Y ahora se están acercando adecuadamente a aquellos que hemos expresado alguna crítica o disentido con alguna decisión, como debería haber ocurrido en primer término, en lugar de confrontar y enemistarse con los diputados disidentes», declaró uno de los parlamentarios a la cadena pública.