Un diputado «tory» denuncia chantajes a quienes piden la dimisión de Johnson

Iñigo Gurruchaga LONDRES / COLPISA

INTERNACIONAL

Boris Johnson, durante una visita a un centro de diagnóstico en Tauton (Reino Unido)
Boris Johnson, durante una visita a un centro de diagnóstico en Tauton (Reino Unido) Andrew Matthews | Reuters

El primer ministro y sus colaboradores se enfrascan en una batalla por la supervivencia al menos hasta la próxima semana

20 ene 2022 . Actualizado a las 15:47 h.

El diputado conservador William Wragg ha denunciado en el Parlamento que «empleados de la oficina del primer ministro, asesores, ministros del Gabinete y otros», están «chantajeando» a quienes quieren la dimisión de Boris Johnson. Les amenazan, según él, con la retirada de fondos públicos a las circunscripciones que representan y con alentar la publicación de artículos en la prensa que dañen su reputación.

Wragg, en una declaración pronunciada en el inicio de la reunión del Comité de Administración Pública y Asuntos Constitucionales, que él preside, afirmó que esos actos significan quiebras del código de conducta ministerial y animó a sus colegas amenazados a denunciarlo al presidente de la Cámara de los Comunes y a la Policía.

El portavoz del primer ministro ha respondido a la acusación de Wragg afirmando que no tiene «constancia de ninguna prueba que respalde esas alegaciones claramente graves». «Si hay alguna evidencia que las respalde, la analizaremos con mucha atención», añadió. El presidente de los Comunes, sir Lindsay Hoyle, ha invitado a los afectados a que le escriban, y ha puntualizado que es tarea de policías y fiscales la investigación de posibles delitos.

Wragg es uno de los diputados conservadores que ha pedido públicamente a Boris Johnson que dimita, como consecuencia del desvelamiento de que el personal de Downing Street y el propio primer ministro organizaron y asistieron a reuniones sociales que habrían quebrado las normas de los confinamientos dictadas por el Gobierno durante la pandemia.

Temor

El miércoles, el veterano diputado conservador David Davis pidió la dimisión de Johnson y otro, Christian Wakeford, se unió al grupo parlamentario laborista. En la atmósfera febril de Westminster se interpreta que la «traición» de Wakeford paralizó la movilización de un grupo de diputados para reunir el número de firmas, 54, que forzarían la convocatoria de unas elecciones de nuevo líder del partido.

Colaboradores de Johnson han hecho saber que el primer ministro está dispuesto a presentarse como candidato en el caso de que se alcance el número de firmas para provocar una elección. Un nuevo líder necesitaría 180 votos en el grupo parlamentario. La mayoría de los escaños tories parece dispuesta a esperar el resultado, la próxima semana, de la investigación sobre las reuniones por una funcionaria para decidir el futuro de Johnson.

La amenaza de retirar fondos públicos a las circunscripciones de los diputados rebeldes es chocante, porque el objetivo más significativo del programa doméstico del Gobierno es equilibrar la economía del Reino Unido. El grupo más ruidoso de rebeldes contra Johnson está formado por diputados elegidos en el 2019 en áreas brexiters y empobrecidas. Según analistas del sistema electoral, solo 3 de los 45 elegidos en esas comarcas retendrían su escaño si el voto fuese hoy.