El nuevo canciller alemán acude a Roma para forjar un nuevo vínculo con Draghi e Italia

V. saini ROMA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Scholz y Draghi, durante su comparecencia conjunta
Scholz y Draghi, durante su comparecencia conjunta Mauro Scrobogna / LaPresse

Los medios de comunicación italianos especulan incluso con la posibilidad de un nuevo acuerdo entre Roma y Berlín

21 dic 2021 . Actualizado a las 08:42 h.

La visita a Roma del nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, este lunes, menos de dos semanas después de su nombramiento, no fue casual: bajo el liderazgo de Mario Draghi, Italia está cobrando mayor protagonismo en la UE.

Mientras que las visitas a París y Bruselas eran de rigor, y la de Varsovia respondía a la difícil situación geopolítica en Europa del Este, el viaje de Scholz a Roma fue la confirmación de la voluntad alemana de forjar un nuevo vínculo con Italia. Los medios de comunicación italianos especulan incluso con la posibilidad de un nuevo acuerdo entre Roma y Berlín, en la línea del reciente tratado que selló una cooperación reforzada entre Italia y Francia.

El canciller alemán debería sentirse a gusto con Draghi. Como ministro de Finanzas de Alemania (desde marzo del 2018 hasta su nombramiento como canciller el 8 de diciembre) conoció a Draghi cuando este era presidente del Banco Central Europeo (BCE). Y Scholz se encontraba entre los políticos y académicos frente a los que Draghi pronunció un discurso en el 2018 en el que destacó la importancia de que Europa se centre más en los retos comunes y advirtió: «Cuando la integración no va acompañada de la justicia, Europa no tiene éxito».

Sin embargo, las diferencias entre los dos existen. Scholz es un socialdemócrata que en los ochenta fue vicepresidente de la Unión internacional de juventudes socialistas. Draghi es un moderado, al que recientemente un famoso economista francés, Jean-Paul Fitoussi, acusó de no preocuparse lo suficiente por los italianos más pobres. De hecho, mientras que la economía italiana funciona, la situación social sigue siendo difícil. Por eso, durante la rueda de prensa con Scholz, se mencionó la reforma del Pacto de Estabilidad europeo, la pesadilla de millones de italianos.

«Creo que habrá un acercamiento de las posiciones», dijo Draghi. «La pandemia requiere que todos nuestros países financien proyectos sin precedentes». Hubo más prudencia por parte de Scholz, cuyo Gobierno incluye no solo a los verdes, sino también a los liberales: «Las reglas que tenemos ya cuentan con una flexibilidad y en base a ellas podremos trabajar también en el futuro».

Draghi también dijo: «Coincidimos en la necesidad de construir una defensa común europea, no como una antítesis de la OTAN, sino como una fuerza complementaria a la misma». Scholz subrayó la necesidad de intensificar la cooperación entre Roma y Berlín.

Un detalle curioso: algunos periodistas y observadores italianos notaron que el canciller alemán llevaba pantalones arrugados y una chaqueta apretada. En el país de la moda el detalle no pasó desapercibido, pero para muchos fue la prueba de que los alemanes se preocupan más por los hechos que por las formas.