El presidente ruso confirmó la buena sintonía al asegurar a Xi que se ha creado «un nuevo modelo de cooperación entre nuestros países, uno basado en fundamentos como la no injerencia en los asuntos internos y el respeto por los intereses de los demás». Una clara referencia a las amenazas de sanciones que promueve Estados Unidos.
Pero, a pesar de las buenas palabras y el apoyo mutuo, Pekín y Moscú no se han comprometido a crear una alianza formal a semejanza de la recién creada Aukus, un pacto de seguridad trilateral entre Estados Unidos, Australia y el Reino Unido.