La retirada de la política del excanciller Sebastian Kurz provoca una crisis de Gobierno en Austria

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

CHRISTIAN BRUNA | EFE

Su salida provoca las dimisiones del jefe del Ejecutivo, que declina liderar el partido, y del ministro de Finanzas

02 dic 2021 . Actualizado a las 22:06 h.

La retirada de la política de Sebastian Kurz, excanciller austríaco y líder del gobernante Partido Popular Austríaco (ÖVP) desde el 2017, desencadenó este jueves un terremoto en las filas conservadoras que culminó en una crisis de Gobierno, tras la dimisión del jefe del Ejecutivo, Alexánder Schallenberg, y el ministro de Finanzas, Gernot Blümel.

«No es mi intención y nunca ha sido mi objetivo asumir el cargo de líder del Partido Popular», señaló Schallenberg, en el poder desde mediados de octubre. La dimisión se hará efectiva en cuanto el ÖVP haya designado a un nuevo líder del partido, probablemente este viernes. El candidato más probable es el ministro del Interior, Karl Nehammer, según recoge Efe de la prensa austríaca.

«Tengo la firme convicción de que los dos cargos —jefe de Gobierno y jefe del partido más votado de Austria— volverán a estar pronto en manos de la misma persona», sostuvo Schallenberg, al que muchos han criticado por no tener un perfil propio y parecer más bien un títere de Kurz.

El adiós de Kurz

La jornada comenzó con el inesperado anuncio hecho por el dirigente que ha dominado la política del país centroeuropeo en la última década. Sebastian Kurz, el canciller más joven que ha gobernado Austria, anunció su salida definitiva de la política, tras dimitir en octubre de su cargo por su presunta implicación en un caso de corrupción dentro del Gobierno.

Acorralado por las investigaciones y por el creciente malestar en su propia formación, el democristiano justificó su despedida con la falta de entusiasmo por la política y con el reciente nacimiento de su primer hijo.

El excanciller, que accedió por primera vez al cargo con 31 años y ahora cuenta 35, se refirió a las acusaciones de corrupción que pesan sobre él y señaló que los últimos meses han sido «muy agotadores». Según explicó, su actividad se ha centrado en la «defensa contra las acusaciones», y se ha alejado por completo de «lo normal en política», que según apuntó, se centra en «la competencia por las mejores ideas».

«No soy un santo ni un criminal», continuó, antes de reconocer que es una persona «con fallos y debilidades» y afirmar que espera «con ansia el día en el que pueda probar en un tribunal que las acusaciones son falsas».

Incertidumbre en el partido

Kurz está acusado de incitar al pago de sobornos, mientras que varias personas de su círculo más cercano están acusadas del pago de los mismos. Entre ellos, destacan sus estrategas de comunicación Johannes Frischmann y Gerald Fleischmann.

La investigación está relacionada con unas encuestas que supuestamente encargó el Ministerio de Finanzas en las que Kurz y el Partido Popular Austríaco salían favorecidos y que aparecieron en un grupo de medios del país. Como consecuencia del escándalo, Los Verdes, socios de coalición de Kurz, habían exigido su dimisión para seguir en el Gobierno con los conservadores.

La salida de Kurz supone un shock para la política austríaca, ya que muchos conservadores creían que Schallenberg solo tenía la intención de ser jefe de Gobierno hasta que el excanciller pudiera limpiar su nombre y regresar al Ejecutivo.