Drama y tensión en la frontera polaca ante el «brutal ataque híbrido» bielorruso

Salvador Arroyo BRUSELAS / COLPISA

INTERNACIONAL

La UE sopesa financiar muros en la frontera de Bielorrusia para frenar la entrada de migrantes. Michel dice que «es legalmente posible», pese a que hace dos semanas Von der Leyen y varios países se opusieron

23 dic 2021 . Actualizado a las 18:08 h.

«Brutal ataque híbrido». Así calificaba este miércoles el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el envío de miles de migrantes escoltados por Bielorrusia a la frontera con Polonia, que mantiene un despliegue masivo de su Ejército (unos 15.000 militares) para contener cualquier entrada al territorio. 

Este responsable comunitario realizó un viaje relámpago a Varsovia para entrevistarse con su primer ministro, Mateusz Morawiecki, y recogía el guante de todas sus propuestas: más sanciones contra el régimen de Alexánder Lukashenko e incluso la financiación de muros y alambradas con fondos europeos para bloquear la entrada de irregulares a la UE.

Una fórmula, esta última, que a finales de octubre rechazaba con contundencia la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. «He dejado muy claro que existe una posición común de la Comisión y el Parlamento Europeo de que no habrá financiación para muros ni alambres con púas», afirmaba la alemana tras la última cumbre de líderes, en la que Polonia -que tiene intención de levantar un muro de 2,5 metros de altura en la zona-, pero también Austria, Bulgaria, Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia y Eslovaquia habían firmado conjuntamente una petición en ese sentido.

La cuestión es que este miércoles Michel no solo se mostraba receptivo. Incluso destilaba respaldo. Descargaba el peso de la decisión en la Comisión Europea, pero en una comparecencia conjunta con Morawiecki no dudaba en asegurar que «legalmente es posible» el apoyo financiero para construir muros. Existe, añadió, una «opinión clara» en esa dirección que le habrían expresado los servicios jurídicos del Consejo. «La financiación europea de infraestructuras físicas para proteger las fronteras está respaldada por el servicio legal del Consejo, es legalmente posible según el marco legal actual», aseveró.

Así que es partidario de que el debate se ponga de nuevo encima de la mesa de los líderes apelando a la «solidaridad» con los países que están sufriendo las consecuencias directas del chantaje de Minsk. «Lo que está ocurriendo es grave, y debemos ser firmes y actuar con rapidez», planteaba el político belga, que no se descarta atienda otra petición formal de Varsovia. La de celebrar una cumbre telemática de los jefes de Estado y Gobierno de los Veintisiete en los próximos días, antes en cualquier caso del Consejo Europeo programado para el 16 y 17 de diciembre en la capital comunitaria.

Rencillas aparcadas

Un cierre de filas en toda regla con Polonia que, al menos de momento, neutraliza las sonoras disputas de las últimas semanas e incluso meses.

La UE habría apartado sus diferencias con el Gobierno ultraconservador de Morawiecki, al que hace apenas un puñado de días condicionaba el pago de los fondos de recuperación a revertir el control que ejerce sobre su poder judicial, y reprochaba de forma sistemática otras decisiones políticas de deriva autoritaria.

«Necesitamos aumentar la presión con el mecanismo de sanciones para asegurar que Lukashenko acaba con estas prácticas», exigió el primer ministro polaco, que desde el estallido de la crisis en su frontera viene advirtiendo de que la «instrumentalización» de los migrantes por parte del régimen bielorruso amenaza «la estabilidad y la seguridad» de todo el bloque. No es un problema «nacional», sino de la UE. Morawiecki, que ha logrado también el apoyo de la OTAN, no ha dudado en señalar a Vladimir Putin como inductor. «Hasta ahora las sanciones no están funcionando, no parecen impresionar demasiado a los dictadores», añadió desde Varsovia.

Sanciones a la aerolíneas que colaboren

Tras su reunión en Washington con Joe Biden, Von der Leyen, anunció que la próxima semana la UE impondrá nuevas sanciones a Bielorrusia en coordinación con EE.UU. Una de las medidas será sancionar a las aerolíneas de terceros países que facilitan el tráfico de personas hacia Minsk, y después hacia la frontera de Bielorrusia con la UE».

Los vicepresidentes Josep Borrell y Margaritis Schinas viajarán a los países de origen para tratar de cortar el flujo, tal y como ya se hizo en agosto con Irak, principal país de origen de la primera ola. La ruta se cerró gracias a la cooperación de Bagdad, que suspendió todos los vuelos a Bielorrusia y aceptó la repatriación de los interceptados.

Más de 3.000 migrantes, entre ellos muchas mujeres y niños, acampan a pocos metos de la valla fronteriza con Polonia. Durante la noche pasada varias decenas de ellos lograron romper la red metálica y pasar al otro lado, pero unos 60 fueron detenidos.

Se encuentran en tierra de nadie, ya que Polonia aprobó medidas que permiten la expulsión por la fuerza de los inmigrantes irregulares, mientras Minsk derogó el acuerdo de readmisión con la UE y no les permite regresar a la capital.