En juego la primacía de la derecha italiana

Miguel-Anxo Murado
Miguel-Anxo Murado EL MUNDO ENTRE LÍNEA

INTERNACIONAL

Salvini y Meloni se abrazan durante la rueda de prensa de cierre de campaña
Salvini y Meloni se abrazan durante la rueda de prensa de cierre de campaña Riccardo Antimiani | EFE

02 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Como siempre, la política italiana es tan compleja que incluso ofrecer un panorama general de las elecciones locales del domingo y el lunes requiere una colección matices. A nivel general, las encuestas son favorables a la derecha. Pero cuando se observan en concreto las ciudades más importantes en liza, la derecha tan solo tiene posibilidades claras en Turín, una vaga esperanza en Roma y apenas cuenta con opciones en Milán, Nápoles y Bolonia. Y eso que este bloque se presenta unido en casi todas partes. Pero su selección de candidatos ha sido bronca e insatisfactoria. Lo que a su vez es el resultado de la competición indisimulada entre la Liga de Matteo Salvini y Hermanos de Italia de Giorgia Meloni. Es una rivalidad acrecentada por el hecho de que existen pocas diferencias ideológicas entre estas dos formaciones de derecha radical, salvo que la Liga tiene un origen nordista (nació para defender los intereses del norte del país). Salvini y Meloni han intentado mandar un mensaje más positivo escenificando un abrazo al final de la campaña, pero era fácil imaginar un puñal en la mano de uno de ellos, o de los dos.

Salvini es quien más se juega en estas elecciones. Tras su fracaso el año pasado en las regionales, en las que no consiguió llevar a su partido a la victoria prometida en Emilia-Romaña y Toscana, se le cuestiona. El presidente de la región del Véneto, Luca Zaia, ya ha dejado saber que está listo para sustituirle al frente de la Liga. El tercer partido de la alianza es el Forza Italia del incombustible Berlusconi, que, a juzgar por las encuestas, está sacando partido a esta imagen de desunión de las dos principales fuerzas de la derecha. De paso, los de Berlusconi también recogen el fruto de su lealtad para con el Gobierno tecnocrático de Mario Draghi, frente a las ambigüedades de Salvini y Meloni. El cavaliere ve como la competición en radicalismo entre la Liga y Hermanos de Italia abre un amplio espacio en el centro-derecha que su partido puede aprovechar en el futuro, cuando haya elecciones legislativas.

La izquierda, mientras tanto, apenas ha podido cerrar pactos en unas pocas ciudades, si bien el sistema a doble vuelta le permitirá salvar los muebles allí donde sea necesario. Aun así, el Movimiento 5 Estrellas (M5E), al que no le suele ir bien en esta clase de comicios, podría perder sus dos buques insignia en el gobierno municipal, Turín y Roma. Esto no mejoraría el ambiente en el M5E, enrarecido por la pugna entre el maximalismo de Giuseppe Conte y el pragmatismo cambiante del fundador Beppe Grillo. El principal motivo de fricción es que Conte exige del Gobierno Draghi reformas muy radicales, sobre todo una relacionada con el código penal, mientras que Grillo cree que es mejor sostener a Draghi todo lo posible. Una derrota en estas elecciones podría empujar a Conte a intentar una huida hacia adelante y amenazar la estabilidad del Gobierno.

En definitiva, más que una competición por el control efectivo de las ciudades, estas elecciones son más una lucha interna de los bloques políticos.