Alemania se asoma a la incertidumbre con un Parlamento fragmentado

pablo l. barbero BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El candidato socialdemócrata Scholz, tras las elecciones
El candidato socialdemócrata Scholz, tras las elecciones FOCKE STRANGMANN | Efe

Sin un calendario claro, Alemania va rumbo a un tripartito que decidirán verdes y liberales

28 sep 2021 . Actualizado a las 09:14 h.

Alemania se despertó este lunes poselectoral con un resultado que deja un panorama incierto. Según los resultados preliminares y a la espera de su confirmación por parte de la comisión electoral, los socialdemócratas de Olaf Scholz se proyectan ganadores con un 25,7 % de los votos, por delante de los conservadores de la CDU/CSU de Armin Laschet, que obtienen un 24,1 %. Por detrás quedaron los Verdes, con un 14,8 %, y los liberales del FDP, que obtuvieron un 11,5 %.

El actual vicecanciller y ministro de Finanzas Olaf Scholz consiguió algo que hace unos meses parecía imposible: rescatar del abismo a la socialdemocracia alemana tras años de fuerte crisis y llevarla hasta una victoria en las generales. Sin embargo, el resultado deja un sabor agridulce en el SPD, pues no deja de ser una victoria pírrica que no le garantiza la gobernabilidad. La correlación de fuerzas ha cambiado en Alemania. Ahora los principales partidos no llegan ni al 30 % de las papeletas y el Parlamento ha quedado bastante fragmentado.

Scholz se abstuvo de triunfalismos. Se limitó a sentenciar que los resultados le otorgan un mandato para formar gobierno. Pero eso no dependerá tanto de él como podría parecer. La llave del gobierno la tendrán los partidos de segunda fila: los Verdes y los Liberales. El líder del FDP, Christian Lindner, tuvo un gesto hacia los Verdes: propuso que sean ambos partidos quienes comiencen las negociaciones, pues son los que mantienen mayores divergencias. El mensaje fue bien acogido por la formación ecologista.

El escenario es inédito. Los partidos pequeños podrían decidir antes que nadie con quién quieren pactar el gobierno. En sus manos estará que el socio mayor de la coalición sean los conservadores CDU/CSU, lo que formaría la llamada coalición Jamaica (el color de las formaciones recuerda a los de la bandera de ese país), o los socialdemócratas con una coalición semáforo.

De cualquier forma, las negociaciones serán arduas y podrían alargarse durante meses. El plazo marcado por los partidos alemanes para tener un acuerdo de gobierno es antes de Navidad. Hasta entonces Angela Merkel se mantendrá como canciller interina.

Un gran escollo en las negociaciones serán las finanzas públicas. Scholz prometió en campaña subir el salario mínimo y las pensiones y defiende elevar el impuesto a los más ricos y la tributación de sucesiones. Un objetivo compartido con los Verdes pero rechazado frontalmente por el FDP.

Entretanto, el líder de la CDU, Armin Laschet, mostró cierto desapego a la realidad cuando tras los primeros resultados afirmó que su formación está legitimada para iniciar negociaciones de gobierno. Laschet parecía ignorar que de su mano los conservadores han obtenido los peores resultados de su historia. De hecho el lunes comenzaron a pronunciarse voces internas pidiendo su renuncia y el reconocimiento de una derrota sin paliativos.

Las elecciones también dejaron claro que la ultraderecha de AfD (10,3 %) sigue viva. Están descartados como socios en cualquier coalición, pero sigue siendo un partido que cosecha gran cantidad de votos en el este, en dos de cuyos estados -Turingia y Sajonia- fueron primera fuerza.

El único partido que aceptó de forma clara su derrota fue La Izquierda, que se habría quedado fuera del Parlamento con un 4,9 % de no ser por las tres victorias de distritos que le dan acceso a la Cámara aun quedando por debajo del mínimo exigido del 5 %. Su pobre resultado aleja la opción de un tripartito de izquierdas con Verdes y el SPD.