La CDU recorta distancias y aboca a Alemania a los comicios más abiertos

pablo l. barbero BERLÍN / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Merkel, alimentando a loros arcoíris en un parque de aves en Marlow (Alemania)
Merkel, alimentando a loros arcoíris en un parque de aves en Marlow (Alemania) Reuters

Un nuevo sondeo otorga solo dos puntos de ventaja al SPD de Scholz

25 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Un nuevo sondeo reveló que la distancia entre el socialdemócrata SPD y los conservadores de la CDU/CSU es ya de solo 2 puntos porcentuales, lo que deja una incertidumbre total acerca de cómo serán los resultados del domingo en Alemania.

El candidato socialdemócrata Olaf Scholz llega a las generales con un 25 % de respaldo en los sondeos mientras que su rival conservador Armin Laschet (CDU/CSU) le pisa los talones con un 23 %. A cierta distancia se encuentra Annalena Baerbock, líder de los Verdes, que comenzaron la campaña como la sorpresa que podía hacerse con el Gobierno y que ahora se tienen que conformar con una tercera plaza: 16,5 % según el sondeo del canal público ZDF.

Estas últimas tendencias se conocieron justo después del último debate televisado entre todos los candidatos a la Cancillería en ese canal. Los seis representantes de los principales partidos (SPD, CDU/CSU, Verdes, liberales, AfD y la Izquierda) se prestaron a abordar temas que en debates previos entre los tres mejor situados se habían ignorado. Entre ellos el del papel de Alemania en la Unión Europea, un asunto que sorprendentemente había quedado ausente del todo durante la campaña.

Scholz reivindicó que la UE tiene que hablar «con una sola voz» y se alineó en pro del refuerzo del eje franco-alemán. En su intervención prestó su apoyo explícito a Francia ante el desaire de Washington por el acuerdo anunciado en materia de defensa en la región del Indo-Pacífico con el Reino Unido y Australia.

Laschet abogó por un papel más fuerte de la UE en materia de defensa, pero pronto el debate dejó los asuntos europeos, porque China y las prioridades que deben seguirse en las relaciones con el gigante asiático eclipsaron inmediatamente el fugaz interés de los candidatos por la UE.

Más allá de las relaciones internacionales, el debate no aclaró mucho más de lo que ya se sospecha sobre qué coaliciones podrán configurarse tras el domingo. Se confirmó que La Izquierda está dispuesta a formar un tripartito con socialdemócratas y Verdes y que los conservadores estarían abiertos a reeditar una gran coalición con el SPD. Es conocido que la preferencia por parte de Scholz es la opción del semáforo, con verdes y liberales, pero estos últimos se muestran reticentes a apoyar un Gobierno de izquierda en la Cancillería.

Y de fondo, la cuestión del clima se hizo el viernes más presente que nunca en esta campaña. La activista sueca Greta Thunberg acudió a Berlín para participar en una gran manifestación con el objetivo de presionar a los candidatos y exigir acciones decisivas contra el calentamiento global. A dos días de las elecciones, se espera que esta concentración sirva para movilizar al voto joven, lo que podría mejorar los datos de los ecologistas.

«Se trata de la votación del siglo», dijo Luisa Neubauer, de 25 años, responsable en Alemania del movimiento Fridays for Future (Viernes por el futuro) a la agencia AFP. Según el movimiento, los partidos no le han dado suficiente espacio a la cuestión del clima durante la campaña.

El cambio climático es un enorme desafío para Alemania, cuarta potencia económica mundial con grandes industrias contaminantes. En plena campaña electoral, a mediados de julio, el país se vio golpeado por unas devastadoras inundaciones que dejaron más de 180 muertos en el oeste del país y que, según los expertos, están directamente vinculadas al cambio climático.

Merkel deja una buena imagen entre los jóvenes germanos 

J. C. Barrena

Toda una joven generación de jóvenes alemanes se ha criado en la era de la canciller Angela Merkel y no conoce otro gobernante en el poder. Dieciséis años que se han visto marcados por sucesivas crisis, desde los atentados del 11S, a la financiera internacional, la de la Eurozona, la de los refugiados, la climática y la pandemia de covid-19. Jóvenes que se han desarrollado, pese a todo, en un país próspero, con un elevado nivel de empleo y tasas envidiables de paro en comparación con el resto de los grandes países de la Unión Europea.

La generación Merkel, generación Greta o generación Z, como se les viene calificando, es la primera que ha crecido con móviles inteligentes, influenciada por las redes sociales y la digitalización, siempre online y siempre en contacto entre sí. «Si reducimos esta generación a tres términos, estos podrían ser diversión, sentido y seguridad», afirma Simon Schnetzer, autor del estudio Jóvenes alemanes, en el que analiza el mundo de los adolescentes y veinteañeros de este país. 

«La diversión es lo que básicamente motiva a la gente», pero igual de importante es para muchos el sentido de su forma de actuar. «La gente joven se cuestiona todo lo que hace, mucho más que las generaciones anteriores. Cuál puede ser su aportación a la sociedad y qué efectos tienen sus actuaciones dentro de un gran contexto para la sociedad», señala Schnetzer. Y en tiempos de crisis permanente, como sucede ahora con las restricciones por el coronavirus, anhelan contar con cierta seguridad, ya que «no saben cómo harán su próximo examen, si podrán contar con una plaza para su formación profesional o si obtendrán una beca en el extranjero».

¿Podríamos hablar entonces mejor de generación Crisis? Aunque las crisis políticas, económicas y sociales marcan desde hace un tiempo la vida de muchos jóvenes, resulta complicado considerar la existencia de una generación uniforme, asegura Björn Mildbrandt, del Instituto Alemán de la Juventud (DJI), en declaraciones a la cadena de televisión ARD.

«Con la generación Merkel o la generación Greta se sugiere que todos los jóvenes defienden posturas similares o se ven marcados por las mismas circunstancias», pero existen muchos a los que la canciller o el movimiento ecologista juvenil Fridays for Future no les despierta interés alguno.

Pese a todo, ambos expertos coinciden en que la crisis medioambiental es el tema que más preocupa a la juventud alemana. «Se han vuelto conscientes de que las decisiones que se tomen para resolver ese problema influirán masivamente en sus vidas», señala Milbrandt. Schnetzer puntualiza que «con la crisis climática esa generación ha reconocido que el problema afecta a todos y que la política está obligada a resolverlo a nivel global».

Su importancia queda reflejada en último Estudio Shell de la Juventud del 2019 en el que un 71 % de los encuestados dice que su mayor miedo es la destrucción medioambiental. En los dos estudios anteriores del 2015 y 2010 dominaban el temor a la pérdida del empleo, las injusticias sociales, el terrorismo y las guerras. 

La «autoefectividad»

El 41 % de los jóvenes se declara ahora interesado por la política y un 34 % dispuesto a intervenir en ella, cifras que duplican encuestas anteriores. Y el punto que hace que la gente joven se entusiasme es la llamada «autoefectividad», el sentimiento de que pueden «cambiar las cosas», dice Schnetzer, para quien «los jóvenes viven ese sentimiento en protestas como las de Fridays for Future, algo que los ha politizado con fuerza». Y aunque un 77 % declara sentirse satisfecho con el nivel de democracia en Alemania, una gran mayoría (71 %) piensa que los políticos no tienen en cuenta sus necesidades y preocupaciones.

Pese a todo, Angela Merkel tiene buena imagen entre los más jóvenes.

Su estilo de gobierno reflexivo y orientado por la ciencia, en combinación con las crisis y su manera de resolverlas, «ha influido en la visión que tienen los jóvenes de la política y la sociedad», destaca Milbrandt.

Algo en lo que coincide Schnetzer, para quien este colectivo admira la sobriedad y realismo de la canciller. «Piensan ‘europeo', tienen en cuenta los problemas sociales y respaldan la postura de Merkel en cuestiones de inmigración y su decisión del 2015 de acoger a los refugiados», señala el experto.

Es una generación que ha aprendido a exigir que le escuchen, que defiende sus intereses y está dispuesta al diálogo democrático. La pandemia ha robado a muchos parte de su juventud y «eso es algo que echan en cara a los políticos». No están dispuestos a que la crisis climática les robe también su futuro.