Los partidos bisagra tendrán la clave de la gobernabilidad en Alemania

Pablo L. Barbero BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Annalena Baerbock, candidata de los Verde, durante un mitin este jueves en Potsdam.
Annalena Baerbock, candidata de los Verde, durante un mitin este jueves en Potsdam. ANNEGRET HILSE | Reuters

Verdes, liberales y La Izquierda decidirán el futuro Gobierno federal

24 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Alemania se acerca a la cita electoral del domingo tras un último tramo de campaña que deja una inusual incertidumbre sobre su futuro. Se prevé un resultado muy ajustado: podría ganar el socialdemócrata Olaf Scholz, líder en las encuestas, o bien el conservador Armin Laschet, favorito de Angela Merkel, quien viene recortando distancias tras múltiples altibajos durante la campaña.

Será un final abierto que, sin embargo, no decidirá la formación del próximo Gobierno, pues gane quien gane no podrá gobernar solo. Atrás quedan los tiempos en los que los conservadores CDU/CSU y el socialdemócrata SPD triunfaban en las elecciones y se alternaban en el poder con más de un 40 % de votos. Difícilmente los dos partidos mayoritarios alcanzarán el umbral del 30 %, lo que deja un papel decisivo a las formaciones menores para formar Gobierno.

Tanto socialdemócratas y conservadores hablan abiertamente de alianzas con ecologistas y liberales para constituir, por primera vez en la historia alemana, un Gobierno de tres partidos. Con la extrema derecha descartada del juego de alianzas por el cordón sanitario impuesto por el resto de partidos, la clave podría estar en el Partido Liberal (FDP), que cuenta con un 12 % de intención de voto.

Su candidato Christian Lindner se presenta como «un negociador experimentado» capaz de tejer alianzas con los dos partidos. Define su partido como el único «garante de una política de centro», y subrayó que su formación tendrá una «influencia decisiva» si logra acortar la distancia que los separa de los Verdes (tres puntos en los sondeos más recientes).

El FDP fue durante años un partido en la órbita de los conservadores, con quienes formaron coalición en varias ocasiones. Su trayectoria en la política alemana está llena de altibajos. Nunca han hecho sombra a los partidos mayoritarios, aunque ahora parece que remontan de la mano de Lindner. 

La opción «semáforo»

La opción favorita del SPD y también de una mayoría de alemanes, según un reciente estudio, sería un tripartito entre el SPD, los Verdes y los liberales, la llamada opción «semáforo» por el color de las formaciones.

Sin embargo, Linder ya ha advertido de que «le falta imaginación» para verse en esa constelación y rechaza de cualquier forma un giro a la izquierda. 

El papel de La Izquierda

El socialdemócrata Scholz ya ha apuntado que su aliado preferente serían los Verdes. Una preferencia correspondida, pues los ecologistas ya han dicho que quieren mandar a la CDU/CSU a la oposición. Pero es muy improbable que den los números para una mayoría sólida. Con el descarte de los liberales, entraría en juego el partido Die Linke (La Izquierda).

Esta escisión del SPD que nació como oposición a las reformas neoliberales del expresidente Gerhard Schröder nunca ha estado en el Gobierno federal. Y ahora dice estar dispuesta. Pero Scholz ha puesto como condiciones para su Gobierno mostrar un claro compromiso a favor de la OTAN y el mantenimiento de las operaciones militares exteriores de Alemania, algo que esta formación rechaza. Además, su ambigua posición ante la Unión Europea generaría inestabilidad.

Los conservadores han aprovechado esta opción que está en debate para agitar el fantasma del miedo a los radicales y movilizar a su electorado. El conservador Armin Laschet se inclina por una formación «semáforo», con liberales y verdes, pero este último podría no estar por la labor.

De cualquier forma las opciones siguen abiertas hoy, y a todas luces también tras los comicios del domingo. De producirse los resultados que prevén las encuestas, se esperan largas conversaciones para formar Gobierno.