El Gobierno argentino se rompe tras la derrota en las primarias

Héctor Estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Reuters

Cinco ministros cercanos a la vicepresidenta han dimitido

17 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Golpe palaciego en el Gobierno argentino. Las profundas diferencias en el Ejecutivo quedaron de manifiesto este miércoles, con la repentina dimisión de cinco ministros cercanos a la vicepresidenta, Cristina Fernández Kirchner, y a la Cámpora, uno de los sectores más izquierdistas del peronismo, apenas tres días después de la contundente derrota oficialista en las primarias de cara a las elecciones legislativas de noviembre.

Abrió la caja de los truenos, a las dos de la tarde, la renuncia de Eduardo de Pedro, ministro de Interior. El presidente, Alberto Fernández, se reunía a esa hora con algunos de sus colaboradores más cercanos, y de inmediato se centraron en abordar la crisis, según los medios argentinos. Fueron horas frenéticas en la Casa Rosada, con el presidente y sus ministros de confianza cruzando mensajes para recabar apoyos en el amplio espectro político peronista.

Fernández se había reunido en la víspera con la vicepresidenta, quien habría reclamado la salida del ministro de Economía, Martín Guzmán, según la prensa argentina, algo que su entorno ha negado después. Guzmán, uno de los más cercanos colaboradores de Fernández, es visto por los sectores más izquierdistas del peronismo como culpable del descalabro electoral. Fernández se habría negado a realizar cualquier sustitución antes de las legislativas de noviembre.

Al día siguiente estalló el terremoto político, que la mayoría de los actores sociales del país han visto como un desafío de la vicepresidenta al mandatario.

«Un vicepresidente que vacía de poder al presidente está haciendo un golpe de Estado», dijo la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, a Radio Mitre. «Se están queriendo correr de una derrota que es claramente de la vicepresidenta y de la Cámpora», añadió la exdiputada.

La tensión en el peronismo es considerable. Fernanda Vallejos, diputada afín a la vicepresidenta, llamó «okupa», «mequetrefe» y «atrincherado» al presidente Fernández en una nota de audio a la que tuvo acceso el diario Clarín.

A última hora del jueves, el presidente no había aceptado aún las renuncias. Fernández tiene varias opciones. Una es aceptar las dimisiones y los nombramientos que designe su número dos. Se plegaría así a lo requerido por el ala izquierdista del partido. Puede también aceptar las renuncias, pero nombrar a políticos afines, presumiblemente más moderados, rompiendo con el kirchnerismo. No se descarta, incluso, la dimisión.

«La gestión de Gobierno seguirá desarrollándose del modo que yo estime conveniente. Para eso fui elegido», escribió ayer el presidente en redes sociales, dando indicios de por dónde van a ir los tiros.

Mientras tanto, se agita la calle. El presidente llamó a desconvocar una marcha a su favor promovida por varios sindicatos y movimientos sociales, para, según sus portavoces, no agitar la situación. Las llamadas de la víspera desde la Casa Rosada habían surtido efecto. El líder argentino recabó una considerable cantidad de apoyos de gobernadores y actores peronistas de importancia, que habrían incluso sorprendido en el ala kirchnerista, según la prensa local. Sí se produjo otra marcha, de movimientos izquierdistas contrarios al Gobierno, en reclamo de mayor inversión en comedores sociales en un país donde el panorama político cambió radicalmente el domingo.