En aquel momento efectuaba ataques contra la Policía nigeriana, al representar al Estado, pero desde que Yusuf fue abatido por agentes en el 2009 el grupo se radicalizó.
Desde entonces, el nordeste de Nigeria está sumido en un estado de violencia provocado por Boko Haram y su facción desde el 2015, el Estado Islámico en África Occidental, que buscan imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.
La violencia de Boko Haram ha ocasionado la muerte de unas 35.000 personas en Nigeria y el desplazamiento en el interior del país de más de dos millones, según la ONU.