Una modelo encarcelada, símbolo de la represión hutí en Yemen

La Voz REDACCIÓN

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Entesar al Hammadi durante una sesión de fotos
Entesar al Hammadi durante una sesión de fotos

Entesar al Hammadi, detenida el pasado febrero por posar para una sesión fotográfica sin velo, fue condenada por prostitución y tráfico de drogas a pesar de la falta de pruebas incriminatorias

07 jul 2021 . Actualizado a las 17:58 h.

La joven Entesar al Hammadi siempre tuvo clara su vocación. Dotada de una belleza superlativa y una vocación irrefrenable, buscaba convertirse en modelo o actriz, algo imposible en Yemen, su país, donde las mujeres están condenadas a vivir enjauladas en indumentarias que oculten sus cuerpos. Este corsé religioso se apretó aún más desde que en el 2014 los rebeldes hutíes impusieron su código moral en el territorio que controlan.

La empecinada lucha de Al Hammadi logró superar toda clase de obstáculos hasta destacar en un medio adverso. Con solo veinte años, llevaba ya cuatro triunfando como modelo y en dos exitosas series de televisión. Con sus ingresos mantenía a su familia, ya que su padre es ciego y su hermano tiene una discapacidad física. Sin embargo, sus sueños chocaron contra el régimen integrista que controla el territorio norte de la península.

En febrero fue detenida de manera arbitraria en un puesto de control militar cuando se dirigía con varios amigos a una sesión de fotografía previa al rodaje de una película. Se le incautó su teléfono móvil y en él se encontraron imágenes sin el velo preceptivo, por lo que fue acusada de «indecencia».

Condenada sin pruebas

Al Hammadi acabó incomunicada durante diez días, sin acceso a un abogado y sin poder hablar con su familia. Solo pudo rendir cuentas ante la Justicia tras una campaña en redes sociales promovida por diversas organizaciones de derechos humanos. En un primer momento, el fiscal encargado del caso la puso en libertad, pero fue rápidamente cesado y sustituido por otro funcionario, que la acusó de sendos delitos de prostitución y tráfico de drogas sin presentar ninguna prueba que la incriminase, según recoge Efe.

El tribunal, que también tachó a la modelo de «puta» y «esclava» (por el origen etíope de su madre), le exigió en un primer momento una «prueba de virginidad», aunque acabó retirando la petición tras las presiones de Amnistía Internacional. Desde abril cumple condena sin determinar en la cárcel de Saná. Esta prisión es una de las más infaustas del país, y en ella acaban destinadas las víctimas de la represión moral contra los artistas. 

Dos meses después de ser encerrada por desafiar las normas del patriarcal Yemen, el pasado 28 de junio, Al Hammadi trató de quitarse la vida. «Fue rescatada en el último momento» cuando se encontraba «en estado crítico», según el Centro del Golfo para los Derechos Humanos. Fue salvada por un niño que acompañaba a su madre, también encarcelada, que gritó tras verla colgada.

La detención y condena de la joven suponen un paso atrás en la conquista de derechos de las mujeres yemeníes, que desde el inicio de la guerra civil en el año 2015 han visto todavía más restringidas sus libertades.