El Gobierno de Etiopía declara un alto el fuego en el conflicto de Tigray

La Voz REDACCIÓN

INTERNACIONAL

BAZ RATNER | Reuters

350.000 personas están al borde de la hambruna en esta región norteña del país

29 jun 2021 . Actualizado a las 11:30 h.

El Gobierno de Etiopía declaró este martes un alto el fuego unilateral en el conflicto de la región norteña de Tigray -contra la que mantiene una ofensiva armada desde noviembre pasado-, después de que la administración interina regional pidiera un cese de las hostilidades.

En un comunicado leído en la televisión estatal, el Ejecutivo etíope decretó el alto el fuego y emplazó a respetarlo al Ejército federal y a las fuerzas armadas regionales, en referencia a las fuerzas de la vecina región de Amhara, implicadas en la guerra.

Según confirmaron a Efe fuentes de la administración interina de Tigray, designada por Adís Abeba, el Ejército etíope abandonó la capital de la región, Mekele, después de que las fuerzas del Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), integradas en las Fuerzas de Defensa de Tigray (FDT), tomaran el control de la ciudad.

Una fuente diplomática que quiso permanecer en el anonimato que, durante esta semana, el Ejecutivo etíope había entablado un diálogo con las embajadas de Estados Unidos y Reino Unido para pedirles que gestionaran una negociación secreta con el FPLT. La retirada de las fuerzas federales de la capital regional era una condición establecida por los gobiernos occidentales contactados por las autoridades etíopes, explicó esta fuente diplomática.

Por otro lado, la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta H. Fore, denunció en la red social Twitter que miembros de las Fuerzas Armadas de Etiopía entraron este lunes en su oficina de Mekele y «desmantelaron» sus equipos de comunicación satelital. «Esta acción viola los privilegios e inmunidad de la ONU y las reglas del derecho internacional humanitario», denunció Fore.

Antes del anuncio del Ejecutivo central, Abraham Belay, jefe del Gobierno interino tigriña, había hecho este lunes un llamamiento para una solución política al conflicto y había enviado una propuesta al Gobierno del primer ministro etíope, Abiy Ahmed.

«Abordar la crisis humanitaria en Tigray es responsabilidad del Gobierno federal, no podemos esperar que esto llegue desde el grupo rebelde que está jugando con las vidas del pueblo tigriña», dijo Abraham en la televisión estatal.

El conflicto en Tigray estalló el pasado 4 de noviembre después de que el Gobierno central atacara al FPLT, entonces partido gobernante en la región, en represalia por una presunta agresión previa de fuerzas tigriñas a una base del Ejército federal.

Abiy Ahmed declaró la victoria sobre las fuerzas tigriñas a finales de noviembre después de que el Ejército federal tomara Mekele, pero la guerra siguió activa pese a los llamamientos de la comunidad internacional a un cese de las hostilidades.

Desde el inicio del conflicto, miles de personas han muerto, cerca de dos millones se han visto desplazadas internamente en la región y al menos 75.000 etíopes han huido al vecino Sudán, país fronterizo con Tigray, y 350.000 personas están al borde de la hambruna, según datos oficiales. Se han documentado violaciones de derechos humanos en la región, incluyendo una estrategia organizada de violencia sexual y saqueo contra la población civil y las infraestructuras de la región, según testimonios médicos y organizaciones humanitarias