Los partidos clásicos desafían a Macron en la segunda vuelta de las regionales

Asunción Serena PARÍS / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Macron y Le Pen, en una reunión en el Elíseo en febrero del 2019
Macron y Le Pen, en una reunión en el Elíseo en febrero del 2019 PHILIPPE WOJAZER | Reuters

Francia vota este domingo en unos comicios marcados por la elevada abstención

27 jun 2021 . Actualizado a las 20:42 h.

La primera vuelta de las elecciones regionales en Francia ha comenzado a dibujar un nuevo mapa de la política gala que podría confirmarse este domingo: los partidos tradicionales siguen controlando las instituciones locales y regionales, mientras que el partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha, acapara mayoritariamente el poder en las instituciones a nivel nacional.

Los cinco socialistas que gobiernan las regiones de Bretaña, Nueva Aquitania, Occitania, Borgoña-Franco Condado y Centro-Valle del Loira terminaron en cabeza el pasado domingo, e iniciaron rápidamente sus maniobras para obtener el apoyo de Los Verdes y La Francia Insumisa para presentar listas comunes. En Nueva Aquitania no han llegado a un acuerdo, pero el hasta ahora presidente, Alain Rousset, tiene todas las papeletas para ser reelegido por quinta vez consecutiva, igual que la presidenta de Occitania, Carole Delga, que terminó el 20 de junio en cabeza con el 40 % de votos. Sin embargo, en Bretaña, tradicionalmente socialista, la falta de acuerdo podría costarles la presidencia.

Alianza de izquierdas contra la derecha

Por otro lado, gracias a las nuevas listas de alianza de las izquierdas en las regiones de Centro-Valle del Loira, Borgoña-Franco Condado y, sobre todo, Isla de Francia, también podrían arrebatar a la derecha estas regiones.

Isla de Francia está gobernada por Valérie Pécresse, que terminó en la primera vuelta con casi un 36 % de los votos, 20 puntos por delante de la extrema derecha, pero la unión de la izquierda, tan denostada por Manuel Valls, podría protagonizar una sorpresa este domingo si resulta vencedora.

En Auvernia-Ródano-Alpes, la alianza de la izquierda no será suficiente para imponerse al actual presidente, Laurent Wauquiez, una de las figuras de la derecha que, como Pécresse, no esconde sus aspiraciones a la presidencia de la República, y que terminó la primera vuelta con casi el 44 % de los votos. En la misma situación se encuentra Xavier Bertrand en Alta Francia que, además, puede presumir de haber reducido el resultado de la extrema derecha a la mitad.

En la región Provenza-Alpes-Costa Azul, el líder de la extrema derecha, Thierry Mariani, contaba con tener el triunfo entre las manos, pero la victoria podría escapársele. El cabeza de lista de la coalición de verdes y socialistas, Jean-Laurent Felizia, dijo que se presentaba a la segunda vuelta, pero las cúpulas de los dos partidos presionaron hasta obligarle a retirar su candidatura. Se inmoló en nombre del «frente republicano» para impedir el triunfo de la Agrupación Nacional de Le Pen. De esta forma, facilita que sus electores puedan votar por el conservador Renaud Muselier (LR). Los últimos sondeos auguran un combate reñido entre Muselier y Mariani.

Un paso atrás para Le Pen

Para Marine Le Pen, el fracaso de Mariani confirmaría la falta de dinámica de su partido de cara a las elecciones presidenciales. Aunque asegura que va «en la buena dirección» y no renunciará a su estrategia de «desdiabolización». Como dijo esta semana en France Inter, «no quiero ser un voto de la ira, sino un voto de adhesión». Y ese será un largo camino porque los sondeos señalan que sus electores, jóvenes y clases populares, son los que menos han acudido a las urnas.

En realidad, la baja participación es una preocupación común a todos los políticos, pero no han encontrado la fórmula para movilizar al electorado. Está previsto que haya un 64 % de abstención.

Para Emmanuel Macron, que dio un vuelco al marco político presentándose como la ansiada renovación que ponía fin al tándem izquierdas-derechas, ha sido un varapalo el récord de abstencionismo. Ha quedado claro que renovar los rostros de los responsables políticos no basta para recuperar al electorado. Tras el Consejo de Ministros de esta semana, Gabriel Attal, portavoz del Gobierno, reveló que Macron había hablado de la «abstención abismal» y que era consciente de que se trata de «una alerta democrática a la que habrá que responder».