Netanyahu se despide con un llamamiento a derrocar el Gobierno del cambio en Israel

Mikel Ayestaran JERUSALÉN / COLPISA

INTERNACIONAL

El presidente de Israel (en el centro) posa con el nuevo Gobierno.
El presidente de Israel (en el centro) posa con el nuevo Gobierno. ATEF SAFADI | Efe

Bennett refuerza la seguridad ante las amenazas de Hamás por la marcha ultranacionalista este martes en Jerusalén

14 jun 2021 . Actualizado a las 21:21 h.

Un total de 25 minutos. Ese es el tiempo que dedicó ayer Benjamin Netanyahu a hacer la transferencia de poder a Naftali Bennett en la oficina del primer ministro. Evitó la ceremonia oficial, cerró la puerta a las cámaras durante el encuentro y nada más concluir declaró ante los medios que el Gobierno del cambio que pone fin a su mandato de doce años está fundamentado «en el fraude, el odio y la búsqueda de poder», y apostó por dificultar sus tareas y «lograr la redención del pueblo y el Estado de Israel».

Una despedida agria, marcada por el ansia de revancha ante un Bennett que en sus primeras horas como jefe de Gobierno tiene que hacer frente a la «marcha de las banderas» que los ultranacionalistas llevarán a cabo en la Ciudad Vieja de Jerusalén y que ha provocado la respuesta de Hamás, que convoca a los palestinos a un «día de la ira». El Ejército ha reforzado el Escudo de Hierro ante el posible lanzamiento de cohetes desde la Franja y el ministro de Defensa, Benny Gantz, ha aprobado una lista de objetivos vinculados al grupo islamista en caso de ser atacados.

¿Cuánto durará el nuevo Ejecutivo de Israel? Esta es la pregunta más repetida desde que el domingo el Parlamento ratificó por un solo voto de diferencia el acuerdo entre ocho partidos de la oposición para formar el llamado Gobierno del cambio. Medios israelíes como el Canal12 realizaron encuestas y el 43 % dijo que este gabinete liderado por un primer ministro de un partido como Yamina, que apenas obtuvo seis diputados en las elecciones de marzo, se disolverá «rápidamente».

Tras el tono desafiante que mantuvo Netanyahu en su relación con Joe Biden y Bruselas, el nuevo ministro de Exteriores, Yair Lapid, lamentó que «nuestras relaciones con los países de la UE no son lo bastante buenas, nuestras relaciones con demasiados Gobiernos fueron descuidadas y se hicieron hostiles». Lapid, auténtico artífice de la coalición y futuro primer ministro del Gobierno rotatorio en el 2023, sorprendió al afirmar que «gritarle a todo el mundo que es antisemita no es una política o un programa de trabajo, incluso si a veces parece justo». Una crítica frontal a la diplomacia mantenida por los equipos de Netanyahu.

Tras las felicitaciones telefónicas de Biden y de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, llegó la reacción de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el primer ministro, Mohamed Shtayé, afirmó que «con la salida de Netanyahu del cargo en Israel tras doce años consecutivos se cierra uno de los peores períodos en la historia del conflicto». Sin embargo, no se mostró optimista con el relevo y adelantó que «el Gobierno israelí no tiene futuro si no tiene en cuenta al pueblo palestino y sus derechos legítimos». Bennett lideró durante dos años a los colonos, aunque nunca ha vivido en un asentamiento, y es partidario de la anexión de Cisjordania

Evitar divisiones

En las primeras horas del nuevo Gobierno los analistas locales apuntaron que la agenda se centrará en temas sociales y económicos, donde no exista demasiada disparidad en una coalición tan heterogénea.

Problemas más profundos, como el conflicto con los palestinos con los que el diálogo permanece congelado desde el 2014, u otros que puedan causar divisiones internas no aparecen en la agenda a corto plazo.

La preocupación inmediata pasa por superar la «marcha de las banderas» y poder lograr los apoyos necesarios para aprobar los presupuestos generales.