Tras el tono desafiante que mantuvo Netanyahu en su relación con Joe Biden y Bruselas, el nuevo ministro de Exteriores, Yair Lapid, lamentó que «nuestras relaciones con los países de la UE no son lo bastante buenas, nuestras relaciones con demasiados Gobiernos fueron descuidadas y se hicieron hostiles». Lapid, auténtico artífice de la coalición y futuro primer ministro del Gobierno rotatorio en el 2023, sorprendió al afirmar que «gritarle a todo el mundo que es antisemita no es una política o un programa de trabajo, incluso si a veces parece justo». Una crítica frontal a la diplomacia mantenida por los equipos de Netanyahu.
Tras las felicitaciones telefónicas de Biden y de Josep Borrell, jefe de la diplomacia europea, llegó la reacción de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y el primer ministro, Mohamed Shtayé, afirmó que «con la salida de Netanyahu del cargo en Israel tras doce años consecutivos se cierra uno de los peores períodos en la historia del conflicto». Sin embargo, no se mostró optimista con el relevo y adelantó que «el Gobierno israelí no tiene futuro si no tiene en cuenta al pueblo palestino y sus derechos legítimos». Bennett lideró durante dos años a los colonos, aunque nunca ha vivido en un asentamiento, y es partidario de la anexión de Cisjordania.