Johnson pide a Bruselas más flexibilidad para resolver la disputa por Irlanda del Norte

Juan Francisco Alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El primer ministro británico, Boris Johnson, y, de espaldas, la esposa del presidente de Estados Unidos, Jill Biden, este viernes, en Cornualles
El primer ministro británico, Boris Johnson, y, de espaldas, la esposa del presidente de Estados Unidos, Jill Biden, este viernes, en Cornualles TOBY MELVILLE

Washington presiona a Downing Street para que cumpla el pacto con la UE y no ponga en riesgo los acuerdos de paz del Úlster de 1998

12 jun 2021 . Actualizado a las 10:19 h.

El Reino Unido ha tomado nota del respaldo de Estados Unidos a la Unión Europea en su disputa por la aplicación del protocolo del brexit en Irlanda del Norte. Así, el primer ministro británico, Boris Johnson, ha decidido enterrar el hacha de guerra y recurrir nuevamente a la diplomacia, al pedirle a sus antiguos socios que tengan mayor «flexibilidad» y dejen unas posiciones «excesivamente onerosas».

«Hay formas de aplicar el protocolo, formas que permitirán que funcione, y otras que son excesivamente onerosas. Les voy a dar un dato: el 20 % de los controles a lo largo de toda la frontera de la UE se hacen hoy en Irlanda del Norte, eso es tres veces más que los que se hacen en Róterdam [Países Bajos]», declaró este viernes a la BBC el mandatario conservador, minutos antes de dar inicio a la cumbre del G7, que se celebra en el condado inglés de Cornualles.

Seguidamente, Johnson se mostró confiado en que en la mesa de negociaciones se podrán resolver los problemas que la aplicación de los acuerdos posbrexit están provocando al comercio entre Gran Bretaña e Irlanda del Norte. Una opinión compartida por el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, quien pidió a la UE ser «menos purista, más pragmática y más flexible en la implementación del acuerdo», por considerar que su actual postura «es una amenaza y un riesgo para los acuerdos de paz de Viernes Santo», en referencia al pacto suscrito en 1998 entre Londres, Dublín y Belfast por el que se puso fin a décadas de violencia en el Úlster y que incluía, entre otros puntos, la supresión de la frontera entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, en ese momento ambos territorios de la UE.

Para evitar una frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda, y así respetar el tratado que puso fin a décadas de violencia sectaria en el Úlster, este territorio sigue temporalmente en la unión aduanera y el mercado único de la UE. Sin embargo, para evitar que los productos británicos puedan desviarse y terminar en suelo de los Veintisiete, son sometidos a controles aduaneros y sanitarios antes de llegar al Úlster. Esto está provocando demoras y malestar en los comerciantes y en la comunidad unionista. Esta última cree que la permanencia de Irlanda del Norte en el Reino Unido está en riesgo.

El papel de la Casa Blanca

El giro de Johnson, quien durante unas horas parece haberse olvidado de sus amenazas de volver a dejar de aplicar unilateralmente normas de los acuerdos posbrexit, llegó después de que desde Washington advirtieran que «no sería bienvenida» ninguna decisión que pudiera poner en riesgo la paz en la conflictiva Irlanda del Norte. Sin embargo, el premier ha negado esto y ha asegurado que el presidente estadounidense, Joe Biden, no le reprochó su postura frente a la UE. Ambos dignatarios mantuvieron el jueves su primera reunión cara a cara.

«Nosotros [EE.UU. y el Reino Unido] tenemos una relación profunda y significativa. Una relación indestructible que prevalecerá por mucho tiempo y que es importante para la paz y prosperidad de Europa y el mundo», dijo Johnson.