La escena quedó registrada en las cámaras de seguridad y fue difundida por los medios de comunicación y por las redes sociales de Corea del Sur, generando indignación en un país con reputación de ser muy respetuoso con las leyes, según indica el diario belga Le Soir.
El embajador se disculpó públicamente por el «inaceptable» comportamiento de su esposa y, a iniciativa propia, acudió al comercio con su mujer para presentar sus excusas personalmente a los empleados implicados.