Unas vacaciones al Caribe en el 2019 les cuestan a Johnson otra investigación

juan francisco alonso LONDRES / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Boris Johnson y Carrie Symonds, el pasado día 6 acudiendo a votar al colegio electoral
Boris Johnson y Carrie Symonds, el pasado día 6 acudiendo a votar al colegio electoral HENRY NICHOLLS | Reuters

El Parlamento británico quiere indagar sobre los 17.000 euros que costó el viaje

10 may 2021 . Actualizado a las 22:21 h.

Los escándalos no le dan un respiro a Boris Johnson. El primer ministro británico no ha podido terminar de saborear el triunfo conseguido por su partido en las elecciones municipales del jueves, porque este lunes se ha enterado de que el Parlamento investigará la legalidad de las vacaciones que a finales del 2019 se tomó junto a su pareja, Carrie Symonds, en una exclusiva isla caribeña.

La decisión la tomó la comisaria parlamentaria de estándares, Kathryn Stone, quien no solo quiere determinar si el premier infringió la ley, sino cómo costeó el viaje que hizo a la isla Mustique, ubicada en San Vicente y las Granadinas, para recibir el 2020. La escapada costó 15.000 libras (17.000 euros), según la prensa británica. La investigación sobre las vacaciones es una de las nueve que el organismo de control ha iniciado en los últimos meses contra distintos legisladores, pero no se ha dado a conocer hasta esta semana, gracias a un cambio legal.

El Código de Conducta del Parlamento obliga a los diputados a declarar cualquier regalo que reciban y también cualquier viaje que cueste más de 300 libras (330 euros) y que no sea pagado con fondos públicos. La legislación autoriza la suspensión del parlamentario que incumpla de manera grave y flagrante estas disposiciones, pero para ello se necesita del voto favorable de la mayoría de la Cámara.

Pagado por un empresario

Downing Street aseguró que el alojamiento de Johnson fue sufragado por el empresario y donante conservador David Ross. Ross, quien es el fundador de la cadena de tiendas de móviles Carphone Warehouse, negó en un primer momento haber costeado el viaje, pero más tarde rectificó y aclaró que sí había «facilitado» el alojamiento del premier y de su pareja.

Nada más conocerse la noticia, el empresario reiteró que sí pagó el viaje, mientras que el Gobierno restó importancia a la averiguación e indicó que el primer ministro «había sido transparente» y había declarado «el beneficio en especie [que recibió de un tercero] en el registro de intereses de la Cámara de los Comunes».

La investigación sobre las vacaciones se suma a la que la semana pasada le abrió la Comisión Electoral a Johnson, también por presunta financiación ilegal. Este primer proceso está relacionado con las remodelaciones que ordenó en sus apartamentos privados de Downing Street. Según su ex asesor principal, Dominic Cummings, habría buscado que grandes donantes del Partido Conservador asumieran los costes.

La averiguación fue aplaudida por la oposición laborista. «El público tiene derecho a saber quién pagó las lujosas vacaciones caribeñas de Boris Johnson y la renovación de su piso. Más importante aun, necesitamos saber qué se les prometió o qué esperaban estos donantes a cambio de su generosidad», dijo Angela Rayner, segunda de la formación opositora.