La renovación del Consejo Electoral abre grietas dentro y fuera de Venezuela

Pedro García otero CARACAS / CORRESPONSAL

INTERNACIONAL

La nueva directiva del Consejo Nacional Electoral de Venezuela
La nueva directiva del Consejo Nacional Electoral de Venezuela

EE.UU. y la UE evitan criticar la medida, rechazada por el opositor Guaidó

06 may 2021 . Actualizado a las 21:20 h.

El régimen de Nicolás Maduro y la oposición ilegalizada por este mueven piezas en el tablero internacional después de que la Asamblea Nacional (Parlamento) salida de los cuestionados comicios del 2020 designase una nueva directiva del Consejo Nacional Electoral (CNE), y eligiese para dos de sus cinco cargos a personajes que en algún momento fueron opositores, algo que no ocurría desde hacía 17 años.

La maniobra de Maduro ha sido vista por la UE, España e incluso EE.UU. como un primer paso hacia la normalización de un país en el que las últimas dos elecciones carecieron del visto bueno de la comunidad internacional por falta de garantías mínimas y por no permitir participar a todos los actores políticos.

En los sectores más moderados de la oposición, que comparten la visión de la UE (como el del excandidato presidencial Henrique Capriles), la designación del CNE abre una rendija de oportunidades para ir recuperando espacios democráticos.

Pero para Juan Guaidó, el líder de la oposición que reconocen las democracias de América Latina, EE.UU. y la UE, el chavismo pretende «blanquearse» y dividir con la designación de un ente electoral ligeramente más equilibrado que los anteriores, para «eludir un proceso serio de negociación que cuente con el aval de las principales democracias del mundo. «El régimen sigue manteniendo el control del CNE como el resto de la institucionalidad secuestrada, que responde a la voluntad del dictador», añadió.

En la misma línea argumenta, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien destacó que al no reconocer las elecciones que conformaron la Asamblea Nacional, es imposible para la organización reconocer a un ente surgido de este Parlamento considerado fraudulento.

Mientras, Leopoldo López, el exiliado líder opositor que mantiene relaciones con los Gobiernos de la UE, se reunió este jueves con el canciller holandés, Stef Blok, y pidió este jueves desde La Haya el endurecimiento de las sanciones contra funcionarios venezolanos y la coordinación de esas sanciones entre Europa y EEUU. López también visitó la sede de la Corte Penal Internacional, que maneja al menos dos casos por crímenes de lesa humanidad contra el régimen de Maduro, para exigir celeridad procesal en ellos.

La reacción de EE.UU., por su parte, dista mucho de la vehemente retórica a favor de las sanciones contra el régimen venezolano que caracterizó a la Administración de Donald Trump.

Julie Chung, subsecretaria adjunta para el hemisferio occidental del Departamento de Estado, dejó «en manos de los venezolanos la aceptación de un nuevo Consejo Electoral», pero aclaró: «Seguimos presionando por cambios fundamentales para elecciones libres y justas».

En el seno del Partido Demócrata, el debate sobre si seguir presionando a Maduro con sanciones o levantarlas parcialmente para negociar gana terreno. Gregory Meeks, presidente del influyente Comité de Asuntos Exteriores del Senado, y con acceso directo a Maduro, instó «encarecidamente» a la Administración de Joe Biden a que reconozca al nuevo CNE, pero agregó: «Seguiré pidiendo al Gobierno de Maduro que libere a los presos políticos y permita la plena participación de las figuras de la oposición».

Mientras, Maduro ya calcula una victoria en las elecciones regionales que se disputarían este año, mientras se congratuló por un acuerdo con «las oposiciones».

«Vamos a las elecciones este año. Que gane el que tenga más votos entonces», señaló el mandatario en su alocución diaria televisada. El chavismo, aunque minoritario, tiene buenas oportunidades ante una oposición, nuevamente, dividida entre participar o no.