Biden abre paso a la «normalidad» en sus primeros cien días en el cargo

esperanza balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

Jose Biden, en una rueda de prensa en el exterior de la Casa Blanca.
Jose Biden, en una rueda de prensa en el exterior de la Casa Blanca. KEVIN LAMARQUE | Reuters

El presidente anuncia el fin del uso de las mascarillas en espacios abiertos para las personas vacunadas

28 abr 2021 . Actualizado a las 13:09 h.

Los primeros 100 días del presidente Joe Biden en la Casa Blanca han consolidado el camino de Estados Unidos hacia la futura normalidad. El mandatario de la primera potencia mundial asumió el cargo en un momento de desconsuelo, con más 550.000 muertos por una pandemia que ha dejado expuestas las desigualdades en el acceso a la salud, la educación y la economía. El país vivía además bajo el miedo provocado por la insurrección de los fieles de su antecesor, Donald Trump, contra el Capitolio con el objetivo de boicotear su victoria. Todo esto en medio de un ajuste de cuentas generacional sobre el racismo y de la amenaza cada vez mayor de la crisis climática.

Biden cogió el timón y le dio un giro de 180 grados. El impulso a la vacunación masiva, el rescate económico, la vuelta a la multilateralidad y sus iniciativas sociales han demostrado un prometedor arranque más ambicioso de lo que se esperaba.

«La vida en EE.UU. está cerca de la normalidad. Vengo a celebrar la independencia del virus», proclamó ayer Biden en un breve mensaje desde la residencia oficial. El mandatario hizo suya la recomendación lanzada minutos antes por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) que permitirá a los vacunados despojarse de la mascarilla en espacios abiertos. La productividad del presidente ha sido comparada estos días con Franklin D. Roosevelt, el gran reformador de las políticas públicas y financieras de EE.UU., entre 1933 y 1945. Fue él quien fijó esta marca de los 100 días, de la que Biden podrá alardear hoy en su primer discurso del Estado de la Unión ante el Congreso.

Vacunación

Desde el primer día, el presidente puso la vacunación como prioridad en su agenda. Ha cumplido con creces. Prometió hacer llegar 100 millones de dosis en sus primeros 100 días y entregó el doble con un reparto casi indiscriminado. El truco es tan simple como antiguo: menos promesas y entregas en exceso. En la actualidad, más de 231 millones de estadounidenses han recibido al menos una dosis, un 42,7 % de la población. Esto ha permitido reducir las 3.000 muertes diarias de enero a las casi 700 actuales. La Administración Biden trata ahora de animar a la vacunación a los indecisos que amenazan con complicar el objetivo de alcanzar la inmunidad colectiva.

Plan económico

El mismo día que cumplía los primeros 50 días Biden entró en el Despacho Oval y firmó el tercer rescate económico de 1,9 billones de dólares para paliar los efectos de la pandemia. La mayoría demócrata en las dos Cámaras del Congreso le permitió sacar adelante su primer gran triunfo legislativo. Al día siguiente, los estadounidenses comenzaron a recibir los cheques de 1.400 dólares que Trump se resistió a repartir. La inyección ha permitido resistir a autónomos, pequeñas empresas y desempleados, durante la última fase de la pandemia. El 69 % de los ciudadanos aprueban su manejo de la pandemia, según una encuesta publicada por NBC News.

Política exterior

En política exterior, Biden echó enseguida mano de su poder ejecutivo para retornar a EE.UU. al Acuerdo Climático de París y al Organización Mundial de la Salud (OMS), pero pasaron muchas semanas hasta que concretó su política exterior. El ritmo se ha acelerado ahora con el anuncio de la retirada total de las tropas de Afganistán, la vuelta a las conversaciones con Irán y un enfrentamiento directo con China y Rusia. La vista está puesta en junio ante la posible reunión con su homólogo ruso, Vladimir Putin.

Migración

La avalancha de inmigrantes llegados a la frontera sur con México sorprendió a Biden en medio de la gestión de la pandemia. Sin visos de amainar, el presidente tendrá ahora que tratar de evitar una crisis humanitaria provocada por el efecto llamada del fin de las duras políticas de Trump.