Adiós al Robinson Crusoe italiano

Darío Menor ROMA / COLPISA

INTERNACIONAL

Mauro Morandi, en la pequeña isla de Budelli, incluida en el parque natural de Cerdeña
Mauro Morandi, en la pequeña isla de Budelli, incluida en el parque natural de Cerdeña ANSA | Efe

Las autoridades italianas obligan a Mauro Morandi a abandonar la isla sarda de Budelli, donde ha vivido solo los últimos 32 años

28 abr 2021 . Actualizado a las 19:13 h.

Mauro Morandi deja Budelli, la pequeña isla al norte de Cerdeña donde ha vivido los últimos 32 años en soledad, cuidando de este paraíso donde está ubicada la playa Rosa, uno de los arenales más hermosos del Mediterráneo.

De 82 años, al conocido como el Robinson Crusoe italiano empiezan a pesarle la edad, la diabetes y el frío del invierno, aunque no se marcha por propia iniciativa. El Parque Nacional del Archipiélago de La Magdalena, propietario de la isla de Budelli desde el 2016, le ha invitado a irse porque tiene que hacer obras en la vivienda donde reside.

«Quiero seguir aquí, porque estoy enamorado de Budelli y Budelli está enamorada de mí. En estos años nunca me he enfermado. Yo amo la naturaleza y aquí está la verdadera naturaleza incontaminada», contó Morandi en la emisora Radio City, recordando que en el 2018 los responsables del Parque Nacional ya pretendieron que dejara la isla. Consiguió entonces quedarse gracias a la movilización popular.

«Llevo desde hace demasiado tiempo luchando contra quienes me quieren echar. Ya me he cansado y me voy, aunque espero que en el futuro Budelli sea protegida como hice durante buena parte de mi vida». Según explicó Michele Zanelli, director del Parque Nacional, a Morandi le han dado «todo el tiempo que nos pidió» para buscar otra vivienda, pues la que ocupa ahora, levantada por los anteriores propietarios de la isla, tiene que ser reparada. Hay que quitar las placas de amianto y eliminar la ampliación construida sin autorización.

«Son trabajos necesarios. Nuestro objetivo es garantizar un mejor uso de esa esquina del paraíso», comentó en el Corriere della Sera Zanelli, dejó la puerta abierta a que Morandi visite la isla cuando quiera. «Aunque ya no vivirá más allí, podrá ir siempre que quiera. Ha tenido la posibilidad de gozar de este lugar durante 30 años, pero todo tiene un final», dijo.

Vigilancia telemática

El Robinson Crusoe italiano, que en las tres décadas pasadas y en los 1,6 kilómetros cuadrados que ocupa la isla se ha convertido en un personaje relativamente famoso en el país, con documentales y reportajes narrando su historia, se ha ofrecido para volver a residir en Budelli.

«Cuando acaben las obras estoy dispuesto a regresar para hacer de vigilante día y noche de manera gratuita. Pero no creo que me llamen. Con 82 años dicen que ya soy demasiado viejo».

El director del Parque Nacional asegura que durante el verano habrá guardias para controlar los accesos a la isla, que están muy restringidos, y evitar la pesca y el submarinismo en sus aguas. También se instalarán cámaras de seguridad.

Morandi era quien se encargaba de evitar que los turistas tomaran al asalto Budelli, recogía la basura que dejaban las olas y controlaba que no se produjeran incendios. Ahora podrá seguir cuidando de la naturaleza en la vecina isla de La Maddalena, donde ha alquilado una casa y espera poder vivir con su nueva pareja.