El izquierdista Aráuz, favorito en las elecciones presidenciales en Ecuador

héctor estepa BOGOTÁ / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

El candidato Andrés Arauz, junto a su abuela, en Quito
El candidato Andrés Arauz, junto a su abuela, en Quito Santiago Arcos | REuters

El derechista Lasso acorta distancias en los sondeos y podría dar la sorpresa

10 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Ecuador celebra este domingo una incierta segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La nación sudamericana dará carpetazo al agitado ciclo político del presidente Lenín Moreno, que dejará su cargo a finales de mayo.

El todavía líder del país alcanzó el cargo en el 2017. Fue apoyado por el izquierdista Rafael Correa, que había gobernado el país durante los diez años anteriores.

Moreno había sido su vicepresidente en la mayor parte de ese período, pero la relación se rompió a los pocos meses de la llegada del nuevo líder al palacio de Carondelet. El antiguo delfín acusó a su predecesor de malos manejos económicos, y pactó con los empresarios. Desde entonces, Correa lo considera un «traidor».

Moreno, que acordó un rescate con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para poder pagar la elevada deuda del país, no se presenta a la reelección.

En las urnas estarán el nuevo delfín de Correa, Andrés Arauz, y el exbanquero conservador, Guillermo Lasso. El político izquierdista es el favorito, aunque las encuestas han ofrecido resultados dispares, y parece claro que su rival derechista está consiguiendo recortar distancias en los últimos días.

Arauz, un economista de 36 años, que logró un 32,72 % de los votos la primera vuelta, celebrada el pasado 7 de febrero, lograría ahora un 48 % de los sufragios, superando en unos 7,5 puntos a su rival, según un reciente sondeo de la firma Eureknow. Otra encuesta, de la agencia Perfiles de Opinión, certificaba hace unos días una distancia similar entre los candidatos.

Pero el contendiente izquierdista no las tiene todas consigo. Un sondeo de la firma Market arroja la posibilidad de un empate técnico, y otro estudio de la agencia Cedatos, sellado el pasado 30 de marzo, pone a Lasso por delante, a cuatro puntos de distancia del candidato correísta.

Desde la campaña de Arauz creen que ese crecimiento es sospechoso, y han denunciado intentos de fraude electoral. «Están desesperados. De una fuente fidedigna sabemos que tratarán de hacer fraude, especialmente en las regiones de Guayas, Pichincha y Manabí. ¡A estar muy atentos!», escribió el expresidente Correa en su cuenta de la red social Twitter. «Sabemos lo que planean. No lo lograrán», añadió.

La figura de Correa

El lento recuento de la primera vuelta, así como otras denuncias de irregularidades, han supuesto combustible para esas denuncias de Correa, que reside en Bélgica, el país de su esposa, desde el 2017, cuando dejó la presidencia.

A pesar de la distancia, el expresidente sigue siendo la figura sobre la que pivota toda la política ecuatoriana, que se divide entre sus seguidores y sus detractores.

Correa ha continuado siendo protagonista durante el Gobierno de Moreno. No solo en el ámbito político. También en el judicial. Fue condenado a ocho años de cárcel por cohecho en un tribunal de su país. El expresidente, que niega todos los cargos, ha convertido los comicios de mañana en un plebiscito sobre su retorno a un país que votará en medio de un importante repunte de casos de coronavirus.

El voto indígena decidirá mañana el triunfo

h. e.

La segunda vuelta electoral ecuatoriana de este domingo está profundamente condicionada por lo sucedido en la primera, celebrada el 7 de febrero. Aquella cita dejó una gran sorpresa. El candidato indígena, Yaku Pérez, estuvo a punto de pasar a la segunda ronda. Quedó a apenas 0,35 puntos de distancia del derechista Guillermo Lasso. No está en la disputa de mañana por un puñado de votos.

Pérez denunció fraude y exigió un recuento al detalle, algo que finalmente no se produjo.

Sus 1,8 millones de votantes podrían decantar ahora la elección. El candidato es anticorreísta -el movimiento indígena se enfrentó al expresidente por cuestiones ambientales-, pero tanto él, como su partido, Pachakutik, se han negado a apoyar a Lasso, con quien chocaron durante el lento y controvertido recuento de la primera vuelta.

Pachakutik es apoyado por la combatiente confederación indígena, que ha protagonizado numerosas protestas en las calles en las últimas décadas. Jaime Vargas, presidente de esa organización, expresó su apoyo a Andrés Arauz, aunque el resto de los dirigentes negaron, poco después, ese patrocinio, y ratificaron su apuesta por el voto nulo.

Existe, en cualquier caso, división entre las bases de Pachakutik, y es incierto a dónde irán a parar los sufragios. Pérez es de tendencia progresista, y, a pesar de su anticorreísmo, parte de sus votantes estarían dispuestos a apoyar a Arauz para evitar un gobierno de Lasso.

Otra de las sorpresas de la primera vuelta fue el candidato centroizquierdista Xavier Hervas, quien alcanzó un 15,68 % de los votos. Este sí ha apoyado públicamente a Guillermo Lasso -el anticorreísmo pudo más que el progresismo-, pero su partido, Izquierda Democrática, se ha desmarcado. Tanto Arauz como Lasso han hecho campaña para ganarse a los electores que no optaron por ellos. Suponen el 47,54 % del total. Han conseguido, según las encuestas, reducir el número de indecisos, de un 35 % a menos de un 15 %.

La campaña ha girado sobre la figura de Rafael Correa, pero el expresidente no ha sido el único tema de disputa. La dolarización, introducida hace dos décadas en Ecuador, ha centrado también los debates. Ambos candidatos han asegurado que el dólar estadounidense continuará siendo la moneda de curso legal. El candidato progresista ha prometido realizar un pago de 1.000 dólares al millón de familias más afectadas por la crisis, con el objetivo de reactivar la economía. Quiere también modernizar la Administración y el aparato sanitario del país. Lasso aboga por refinanciar la deuda, bajar impuestos y añadir 100 dólares al salario básico, para alcanzar los 500 dólares. Programas distantes en un país sumamente polarizado.