Prueba de fuego para un Macron que busca la reelección

María P. Rodriguez REDACCIÓN

INTERNACIONAL

IAN LANGSDON

El presidente de Francia, uno de los países más golpeados por el covid, apela al espíritu de De Gaulle para centrarse en la reconstrucción

07 mar 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Francia es uno de los países más golpeados por la pandemia. Hace un año, registraba cien casos de coronavirus, hoy es el sexto país del mundo con más contagios (3,7 millones) y el séptimo con más fallecimientos (86.454). Los repuntes no dan tregua. El presidente Emmanuel Macron consideró este 1 de marzo que antes de abril o mayo no será posible levantar las restricciones, incluido el rígido toque de queda de las 18.00 a las 6.00 horas

La pandemia trastocó la agenda de un Macron, que tenía la mirada puesta en su reelección en las presidenciales de la primavera del 2022. La crisis del covid se abrió camino poco a poco tras unos años convulsos, marcados por la confrontación social, liderada por los chalecos amarillos. La tragedia humana detuvo el reloj reformista del presidente, también las polémicas, y lo colocó ante un nuevo panorama.

El país vecino está pagando un elevado tributo. Pero su Gobierno quiere centrarse en la reconstrucción y ve en la crisis una oportunidad para transformar el país. Pensando en su reelección, Macron ha hecho un llamamiento a la unidad alabando el espíritu francés de resistencia encarnado en Charles de Gaulle, líder de la Francia libre y primer presidente de la V República.

Desde el inicio de la pandemia, Francia se ha mirado en el espejo de Alemania en la gestión de la crisis con un cierto complejo de inferioridad. No solo el país germano tiene menos muertos por coronavirus que el Estado francés, a pesar de tener más población infectada, sino que también su sistema sanitario estaba mejor preparado para la avalancha de pacientes. La puntilla la puso la carrera por lograr la vacuna que ganó la farmacéutica alemana BioNTech frente a la francesa Sanofi-Instituto Pasteur.

Con el inicio de la campaña de vacunación, París volvió a medirse con Berlín. Los números alemanes han hecho sacar los colores al palacio del Elíseo, muy criticado por la oposición. El Gobierno llevó a evocar la fábula de La liebre y la tortuga, de Jean de La Fontaine. «Lo que cuenta es la estrategia a largo plazo», dijo el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer. ¿Acabará la tortuga francesa ganando a la liebre alemana? El tiempo dirá cuál de las dos estrategias ha sido la más efectiva y si Macron llegará a su meta: seguir siendo el inquilino del Elíseo.