Estados Unidos entrega a Alemania a un presunto criminal de guerra nazi

j. c. barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

Berger, en una imagen antigua facilitada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos
Berger, en una imagen antigua facilitada por el Departamento de Justicia de Estados Unidos US DEPARTMENT OF JUSTICE | EFE

Friedrich Karl Berger, de 95 años, fue guardián de un campo de concentración

21 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Estados Unidos entregó este sábado a Alemania al antiguo guardián de campo de concentración Friedrich Karl Berger, presunto criminal de guerra nazi y probablemente el último que pueda ser presentado ante la Justicia debido a la avanzada edad de los supervivientes de las atrocidades del nacionalsocialismo, tanto víctimas como verdugos.

Berger, de 95 años, llegó a Fráncfort a bordo de un avión ambulancia contratado expresamente para su traslado desde el estado de Tennessee, donde había vivido tranquilamente los últimos 60 años, informó la policía federal alemana. A su llegada a suelo alemán fue sometido a un primer interrogatorio por parte de fiscales alemanes. El caso Berger llevaba varios años ocupando a las autoridades de ambos países. Según la Justicia estadounidense, el sospechoso fue en 1945 guardián de un centro exterior de reclusión del campo de concentración nazi hamburgués de Neuengamme cercano a la localidad de Meppen, en el estado de la Baja Sajonia y, con ello, «participante activo en uno de los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad».

Las autoridades estadounidenses rechazaron a finales del 2020 todos los recursos de Berger para evitar su entrega a Alemania y subrayaron que «los criminales de guerra no pueden esperar ningún tipo de protección en EE.UU». Berger, que emigró a Tennessee en 1959 y cobraba incluso una pensión alemana, admitió ante los investigadores de EE.UU. haber trabajado como guardián en el campo de concentración, pero afirmó que solo cumplió las órdenes de sus superiores y aseguró no haber sido testigo de malos tratos. «Tenía entonces 19 años y se me ordenó ir a ese lugar», dijo el antiguo uniformado nazi en el proceso previo a su entrega a las autoridades alemanas. El hoy anciano ocultó durante décadas su pasado en el país de acogida.

Su papel en el sistema represor del nazismo fue descubierto de manera casual tras el hallazgo de un fichero en una nave hundida en el mar Báltico. En el pecio se encontraron más de 2.000 documentos sobre guardianes y otro personal que trabajaba en campos de concentración nazis.

En la documentación elaborada por EE.UU. para su entrega a Alemania se subraya que en el campo de concentración cercano a Meppenlos prisioneros estaban bajo «terribles» condiciones y que se les obligaba a trabajar «hasta el agotamiento y la muerte». Sin embargo, no está claro que Berger, que goza al parecer de un buen estado de salud pese a su avanzada edad, llegue a ser procesado. La Fiscalía Superior de la ciudad de Celle, encargada del caso, abrió un sumario contra Berger como sospechoso de colaboración en múltiples asesinatos y solicitó su extradición a EE.UU. Pero el pasado diciembre comunicó que el procedimiento había sido suspendido por falta de pruebas. El que fuera guardián en un campo de concentración que no estaba expresamente dedicado al exterminio sistemático de prisioneros no basta «para relacionarlo con un acto homicida concreto», señaló entonces la Fiscalía.

Tras su expulsión de Estados Unidos y su entrega a Alemania, la Justicia alemana quiere conocer primero si el sospechoso tiene voluntad de declarar ante los investigadores germanos, dijo un portavoz de la Fiscalía Superior de Celle. Añadió que se le preguntará si está dispuesto a hacer una declaración voluntaria y subrayó que la suspensión del caso no es definitiva. En el caso de que Berger se muestre dispuesto a declarar, el procedimiento podría reabrirse en cualquier momento. En declaraciones a la edición digital del diario Bild, Thomas Will, fiscal superior y director de la Oficina Central para el Esclarecimiento de Crímenes del Nazismo, explicó que el hallazgo de documentos que implican al sospechoso en crímenes contra la humanidad fue un golpe de suerte. «En el marco de nuestras investigaciones dimos con la llamada lista Thielbek. En ella figuran los nombres de personas en el barco del mismo nombre, que se hundió con prisioneros de campos de concentración. Y en esa lista encontramos pistas de los guardianes de campos de concentración, entre ellas el nombre del sospechoso», destaca Will, quien comenta que esos datos fueron transmitidos en su momento a la Justicia de Estados Unidos.

El penal de Neuengamme en Hamburgo fue levantado 1938 como sucursal del campo de concentración nazi de Sachsenhausen, situado al norte de Berlín. En 1940 se convirtió en un campo de concentración autónomo y el mayor al noroeste de Alemania. En su sede central y sus 85 centros de reclusión exteriores fueron internadas más de 100.000 personas, de las que casi la mitad, unas 43.000 no sobrevivieron al hambre, las enfermedades, los trabajos forzados, los malos tratos y las torturas a los que fueron sometidas. La gran mayoría de los internados fueron utilizados como esclavos, mano de obra forzosa para la economía de guerra del régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler.