Draghi se somete al voto del Senado en medio de peleas en la coalición y polémicas

valentina saini VENECIA / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

YARA NARDI | Reuters

La ausencia de ministras de izquierda en el Ejecutivo ha generado tensiones en el Partido Demócrata

17 feb 2021 . Actualizado a las 08:38 h.

El Gobierno de Mario Draghi aún no ha obtenido la confianza del Parlamento italiano, y el expresidente del Banco Central Europeo ya ve cómo los partidos de su coalición se pelean. Entre ellos, y hasta internamente. Los italianos están acostumbrados a las infinitas contiendas de sus políticos. Pero muchos se sorprendieron cuando el ministro de Turismo, Massimo Garavaglia, del partido de extrema derecha Liga, atacó al joven progresista ministro de Sanidad, Roberto Speranza.

Según Garavaglia, la ordenanza con la que Speranza impidió el domingo la reapertura de las instalaciones de esquí ha «faltado al respeto a los trabajadores de la montaña», y exigió compensaciones según el modelo de aquellas decididas en la región norteña del Véneto por el gobernador Luca Zaia, también de la Liga. Las tensiones políticas desatadas por Garavaglia dejan claro lo difícil que será la convivencia entre los partidos de izquierda, centro, derecha y extrema derecha en el heterogéneo Gobierno de Draghi.

Pero fue sobre todo el Partido Demócrata (PD, centro-izquierda) el que ocupó los titulares tras el anuncio del equipo de gobierno: el partido de referencia de la izquierda italiana ha aportado tres ministros al Ejecutivo, y los tres son hombres. En la derecha las cosas fueron muy distintas: tanto el partido neoliberal Forza Italia de Berlusconi como la Liga de Salvini propusieron ministras. «Algo así sería impensable, no solo en Suecia o Dinamarca, sino también en España. Sánchez, por ejemplo, lidera un Gobierno mixto, formado prácticamente por el mismo número de mujeres y hombres», dice un senador del PD a La Voz bajo condición de anonimato.

Para las diputadas, senadoras y militantes del PD, la incapacidad del partido para proponer ministras es una verdadera «herida» y «una derrota para todos». En una reunión de la conferencia nacional de las mujeres del partido, alguna dijo: «Nosotras nos ocupamos de todas las cosas concretas. Ellos [los hombres] solo ocupan». Lucia Bongarzone, responsable de igualdad de oportunidades del PD, se muestra preocupada: «A nivel nacional la cosa es más evidente, pero si contamos las secretarias del partido que tenemos a nivel provincial o regional, el resultado es muy triste. Está claro que no estamos consiguiendo desarrollar una clase dirigente [femenina] capaz de ocupar los puestos más altos, ni a nivel local ni nacional».

Necesario cambio profundo

Debora Serracchiani es una de las diputadas más carismáticas del PD. En el pasado gobernó una de las regiones más innovadoras de Italia, Friuli-Venezia Giulia (en el nordeste del país). «La ausencia de ministras del PD en el Gobierno de Draghi es el resultado de muchas causas, de una situación especial, y de alguna subestimación. No se trata de atribuir faltas subjetivas, sino de concienciar seriamente al PD para que cambie en profundidad».

Fedra Negri, investigadora en ciencias políticas de la Universidad de Milán, apunta que la escasa presencia de mujeres en la izquierda italiana es un problema de larga duración, que existe desde la época del Partido Comunista (uno de los dos antecesores del actual PD). «Mientras que desde el punto de vista de las propuestas políticas, el PD siempre ha impulsado la emancipación de la mujer y su pleno papel en la sociedad, si nos fijamos en los papeles asignados a las mujeres, tanto en las delegaciones parlamentarias como en los cargos del partido, la realidad es muy diferente», explica.

Según Enrica Morlicchio, profesora de Sociología Económica en la Universidad Federico II de Nápoles, «la marginación de las mujeres en la política también es un reflejo de su marginación de la vida económica y social. En la izquierda, muchas mujeres parecen estar demasiado centradas en una retórica de la igualdad de género que luego resulta casi paralizante. En cambio, habría que ocuparse de cuestiones más concretas, como la falta de guarderías».

Morlicchio añade que hay que tener en cuenta los criterios de selección del partido. «Las mujeres suelen dar su disponibilidad para hacer el trabajo más duro (...), y dejan los espacios más visibles a los líderes masculinos. Y al final, cuando se eligen los candidatos, casi siempre se margina a las mujeres».