La congresista ultra Marjorie T. Greene: «El Partido Republicano es de Trump, no pertenece a nadie más»

Esperanza Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

INTERNACIONAL

La congresista Marjorie Taylo Greene, durante la rueda de prensa ante el Capitolio
La congresista Marjorie Taylo Greene, durante la rueda de prensa ante el Capitolio SARAH SILBIGER | Reuters

La seguidora de QAnon deja claro que ha llegado al Congreso para mantener viva la retórica del expresidente

05 feb 2021 . Actualizado a las 22:11 h.

Un día después de ser destituida de sus cargos en dos comisiones parlamentarias por su historial de declaraciones extremistas, la congresista republicana Marjorie Taylor Greene dejó claro que ha llegado al Congreso para mantener viva la retórica incendiaria de Donald Trump. «El partido es suyo, no pertenece a nadie más», sentenció Greene, en una rueda de prensa ante el Capitolio, donde desplegó sus dotes de discípula aventajada del expresidente.

La comparecencia fue un despliegue de ataques partidistas contra los demócratas, una defensa cerrada del uso de armas, comentarios sobre su fe cristiana y embestidas contra los medios de comunicación. Pero el principal desafío lo lanzó contra su propio partido, en pleno debate sobre cómo navegar la influencia de Trump en el futuro. Sin un ápice de ironía, Greene dijo sentirse «liberada» de sus obligaciones para poder centrarse en buscar apoyos para la causa trumpista de cara a las elecciones legislativas de mitad de mandato en el 2022.

«Ahora puedo hablar con más gente, hacer conexiones y construir una gran cantidad de apoyo», dijo Greene, después de defender que la base de votantes conservadores sigue «leal» al expresidente y calificar de «traidores» a los once republicanos que votaron a favor de su expulsión. Greene dejó claro que no iba a condenar el asalto al Capitolio, pero pidió perdón por propagar las teorías conspirativas de QAnon que motivaron a la turba. «Creí cosas que no eran ciertas», se disculpó. 

Trump no testificará

La congresista echó gasolina al fuego a tres días de que comience el impeachment contra Trump, quien ya ha adelantado que no testificará en el juicio ni enviará una declaración por escrito. La defensa quiere evitar su exposición pública y limitarse a alegar la inconstitucionalidad del proceso. Para eso ya tiene a Greene, quien se negó a disculparse por pedir la ejecución de la líder demócrata, Nancy Pelosi, y terminó su comparecencia de forma abrupta cuando la prensa le preguntó por ello.