Cientos de campesinos indios toman el icónico Fuerte Rojo de Nueva Deli

Moncho Torres NUEVA DELHI / EFE

INTERNACIONAL

Cientos de manifestantes se abrieron paso con sus tractores hasta el histórico Fuerte Rojo
Cientos de manifestantes se abrieron paso con sus tractores hasta el histórico Fuerte Rojo RAJAT GUPTA | Efe

Los agricultores, que protestaban contra la reforma agraria, rompieron el cordón policial y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad

26 ene 2021 . Actualizado a las 19:04 h.

La violencia empañó este martes en Nueva Deli lo que pretendía ser una gran marcha campesina pacífica contra la reforma agraria, porque algunos grupos se desviaron de la ruta marcada y penetraron en el centro de la capital, desencadenando enfrentamientos con las fuerzas de seguridad que causaron al menos un muerto.

Una de las imágenes que dejó la jornada fue la toma por parte de cientos de campesinos del icónico Fuerte Rojo situado en el casco antiguo, donde los mandatarios indios pronuncian anualmente el discurso a la nación por el Día de la Independencia.

Los primeros actos violentos estallaron a primera hora de la mañana cuando algunos manifestantes, con la ayuda de tractores y excavadoras, retiraron barricadas de hormigón o vehículos que les cortaban el paso, mientras los antidisturbios lanzaban gases lacrimógenos y usaban cañones de agua, sin lograr contenerlos.

La ruta, que debía sobre todo bordear la capital según el permiso policial, se rompió en áreas clave de la ciudad como ITO, en pleno centro, donde se produjeron choques entre los antidisturbios y los manifestantes, en los que ambas partes usaron la violencia.

En ITO se vivieron momentos de especial tensión cuando varios manifestantes en tractores arremetieron sin control contra las fuerzas de seguridad antes de darse a la fuga, según mostraron las televisiones locales, que también informaron de la muerte de un manifestante y de 18 policías heridos, uno de ellos de gravedad.

«A pesar de todos nuestros esfuerzos, algunas organizaciones e individuos violaron la ruta y cometieron actos que condenamos. Elementos antisociales se han infiltrado en este movimiento pacífico. Siempre hemos sostenido que la paz es nuestra mayor fortaleza y que su violación dañaría al movimiento», aseguró en un comunicado el principal organismo campesino, Samyukta Kisan Morcha.

Tras dos meses de acampada a las afueras de Nueva Delhi, esta marcha buscaba presionar al Gobierno indio para que derogue tres leyes anticampesinas» que liberalizan el sector agrícola. Los organizadores esperaban hoy una participación de unos «250.000 tractores y vehículos y más de un millón de granjeros».Día de la República

La marcha coincidió con el desfile nacional en la capital por el Día de la República, un evento festivo en el que las diferentes regiones de la India muestran sus tradiciones y logros con coloridas carrozas, para dar paso a continuación a un desfile militar.

«Cientos de miles de granjeros participaron en el Día de la República del Pueblo, no del Gobierno, algo sin precedentes. Esta marcha envía el mensaje al pueblo indio de que estamos sufriendo y nadie nos escucha», afirmó a Efe Hannan Mollah, secretario general del frente campesino All India Kisan Sabha, uno de los convocantes.

Sin embargo, lamentó Mollah, algunos «criminales» se infiltraron durante la marcha y desencadenaron la violencia, con el único objetivo de «culpar a este movimiento» después de meses de manifestaciones pacíficas «sin un solo incidente».

Las tres leyes de la discordia

La gran marcha en la capital estuvo respaldada  por miles de concentraciones en toda la India, una presión tras dos meses de protestas contra el Gobierno del primer ministro indio, el nacionalista Narendra Modi, para que derogue las tres leyes que liberalizan tanto los precios como la cantidad vendida de ciertos cultivos.

Esta situación lleva ahora a los agricultores a negociar los precios con las empresas dentro de la cadena de distribución, algo que según ellos les deja desamparados ante las grandes compañías.

El Gobierno -que llegó a proponer una moratoria de 18 meses en la aplicación de las leyes, que rechazaron los sindicatos- defiende sin embargo que ahora el agricultor podrá negociar en sus propios términos.