Las cinco horas que sacudieron dos siglos y medio de democracia

Manuel Varela Fariña
manuel varela REDACCIÓN / LA VOZ

INTERNACIONAL

THOMAS P. COSTELLO / USA TODAY

La marcha trumpista frente al Capitolio desembocó en un asalto sin precedentes

07 ene 2021 . Actualizado a las 19:58 h.

Nadie podía prever en el Capitolio, al inicio de la sesión que iba a ratificar a Joe Biden como ganador de las elecciones, que en unas horas habría un supremacista blanco sin camiseta y sombrero de bisonte liderando un asalto a la institución, que un hombre usurparía el despacho de Nancy Pelosi descansando sus piernas sobre el escritorio y que una manifestante caería abatida por la policía en el interior del edificio. Durante unas cinco horas, el mundo miró consternado a un ataque sin precedentes a la democracia estadounidense.

Miles de votantes de Donald Trump viajaron a la capital del país para protestar contra el fraude electoral que tanto el republicano como sus seguidores denuncian desde la noche en que Biden obtuvo 306 de los 270 compromisarios necesarios para ser el próximo presidente de Estados Unidos, victoria certificada por el Colegio Electoral el 14 de diciembre. Mientras, a escasos metros de la manifestación trumpista, el Congreso se reunía para validar los resultados.

La marcha había comenzado por la mañana bajo el nombre «Salvar a EE. UU» frente a la Casa Blanca. Lo hacía de forma pacífica, según recogen los medios estadounidenses, hasta que Trump prendió la mecha. El antiguo magnate se dirigió a la muchedumbre insistiendo en el fraude electoral. «No cederemos nunca, detendremos el robo», reivindicó, entre gritos que coreaban «four more years» («cuatro años más», en castellano).

Donald Trump, dirigiéndose a los manifestantes antes de los disturbios
Donald Trump, dirigiéndose a los manifestantes antes de los disturbios

Pence rompe con Trump

El presidente saliente, pese a su resistencia a conceder la sucesión a Biden, utilizó horas antes el altavoz de sus últimos cinco años de carrera política para pedir a su vicepresidente, Mike Pence, que frenase la certificación del triunfo demócrata. «Todo lo que tiene que hacer es enviar [los votos del Colegio Electoral] de vuelta a los estados y ganaremos. Hazlo, Mike. ¡Es el momento de la valentía extrema!», le animó en Twitter.

Hacia la una del mediodía coincidieron en el tiempo dos sucesos determinantes: el Congreso suspendió la sesión hasta la tarde y Pence hizo esfumar cualquier esperanza para Trump. «Investir a un vicepresidente con la autoridad unilateral para decidir el resultado de las elecciones sería totalmente antiético», concluyó en un comunicado una de las pocas figuras que conservaron su puesto en la administración Trump.

En la media hora siguiente, centenares de trumpistas corrieron hacia el Capitolio cargando con banderas confederadas y con logos de la campaña del candidato republicano. En pocos minutos lograron superar el escaso cordón policial dispuesto —cuestionado ayer por su fragilidad—, empujando a los agentes y trepando por los muros. La muchedumbre celebraba ya su asalto sobre ambos laterales del Capitolio. Pronto rompieron los ventanales para asaltar el edificio, al que entraron también por la puerta que da acceso al Senado, mientras el personal del edificio era evacuado.

JIM LO SCALZO | efe

Abatida por la policía

«Si este es el último día de la República quiero estar aquí para presenciarlo», dijo uno de los asaltantes en declaraciones recogidas por Politico. Ocuparon la Cámara de Representantes, donde la policía llegó a colocar barricadas junto a las puertas, manipularon las estatuas de la Rotonda del Capitolio y desfilaron con banderas confederadas. Las imágenes más icónicas fueron para Jake Angeli, miembro destacado del movimiento conspiranoico Qanon, sin camiseta y ataviado con un sombrero de bisonte y cuernos, y un individuo que se coló en el despacho de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, para hacerse un selfi y escribir en una carpeta que «jamás se rendirán».

Un hombre ocupa el despacho de Nancy Pelosi
Un hombre ocupa el despacho de Nancy Pelosi JIM LO SCALZO | efe

Trump siguió tuiteando desde el Despacho Oval. Primero para culpar a Pence de los disturbios por «no tener la valentía de hacer lo que debería haber hecho», sin llegar a pedir a sus fanáticos que parasen. Diez minutos después, pidió a los manifestantes, a los que con cariño definió en un vídeo como «gente especial», que fuesen pacíficos y respetasen a los agentes de seguridad.

Hacia las 15.00 horas se escucharon los primeros disparos. Una manifestante, veterana de la fuerza aérea, moría tras recibir un disparo de la policía en el cuello. No fue la única: otras tres personas fallecieron durante el asalto. La tardía llegada de la Guardia Nacional despejó la zona a partir de las seis de la tarde. La alcaldesa de Washington, Muriel Bowser, declaró un toque de queda que se prolongará hasta el 21 de enero. La policía confiscó cinco armas y arrestó a más de medio centenar de personas.

Sin victoria ni Twitter

A las 20.00 horas, la cámara reanudó la sesión y, siete horas después, confirmó la victoria de Biden. Trump publicó un nuevo tuit justificando el asalto: «Estas cosas pasan cuando una victoria electoral arrolladora es arrebatada de manera tan abrupta y viciada a los grandes patriotas que han sido tratados tan injustamente y mal durante tanto tiempo». El mensaje fue borrado y su cuenta bloqueada. En unas horas, Trump se quedó solo, sin altavoz y sin presidencia el día en que su mandato tocó fondo.

GAMAL DIAB | efe