Putin niega haber envenenado a Navalni, pero admite que lo espió

rafael m. mañueco MOSCÚ / COLPISA

INTERNACIONAL

MAXIM SHIPENKOV | EFE

Acusa a EE.UU. de orquestar una investigación falsa contra él

18 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En su tradicional rueda de prensa anual, el presidente ruso, Vladimir Putin, estuvo ayer cuatro horas y media respondiendo a preguntas de periodistas por videoconferencia desde sus residencia de Novo-Ogariovo, en las afueras de Moscú. El grueso de los temas estuvieron relacionados con el coronavirus, la vacuna Sputnik V y las consecuencias económicas de la pandemia. Pero hubo también preguntas sobre el peligro de que una nueva carrera de armamentos, la difícil situación en el este de Ucrania y el reciente informe del grupo de investigación Bellingcat sobre la presunta implicación del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB o antiguo KGB) en el envenenamiento del líder opositor Alexéi Navalni.

«Esto no es una investigación, sino un intento de legalizar los materiales proporcionados por la Inteligencia estadounidense», dijo el jefe del Kremlin. A su juicio, el propósito del trabajo de Bellingcat «es atacar a los altos cargos del Estado ruso con la intención de atribuirse él mismo una relevancia superior a la que tiene», en alusión directa a Navalni, cuyo nombre y apellido sigue sin pronunciar. Le llamó «paciente en una clínica de Berlín» y le aconsejó «ganarse el reconocimiento de la gente con hechos».

Según Putin, las revelaciones sobre el envenenamiento de su mayor oponente solo prueban que tiene apoyo de los servicios secretos de EE.UU. Por eso Putin reconoció que el FSB estuvo espiando a Navalni. «Nuestros servicios tenían que vigilarlo, pero ¿por qué habría que envenenarlo? Es ridículo. Si hubieran querido, lo habrían eliminado», afirmó.

Bellingcat, junto con la CNN y Der Spiegel, ha concluido en un informe que fueron especialistas en armas químicas del FSB los que envenenaron a Navalni. Al parecer, esta unidad operativa le siguió durante sus viajes entre el 2017 y el 2020. Este año las pesquisas indicaron que los agentes vigilaron al político en Novosibirsk y en Tomsk, en donde el 20 de agosto le fue suministrada la dosis de novichok, la sustancia que le dejó en coma y está clasificada como arma química.

Nueva carrera armamentística

De armas habló también Putin, en concreto de misiles «hipersónicos» como respuesta a la «agresividad» de EE.UU. y la OTAN. Dijo que la culpa de que estalle una nueva carrera de armamentos la tiene Washington por abandonar los acuerdos de desarme, como el de control de armas nucleares START, que vence en febrero.

«Hemos escuchado promesas de que la OTAN no se ampliaría hacia el Este. Pero se está expandiendo. ¿Fuimos nosotros los que abandonamos el tratado sobre misiles de mediano y corto alcance? No, fueron los estadounidenses. Luego dejaron también el Tratado de Cielos Abiertos», deploró Putin. Pero dijo tener la esperanza de que sea posible llegar a un compromiso con el presidente electo, Joe Biden.