Al menos ocho agentes secretos rusos participaron en la misión para envenenar al opositor Alexéi Navalni

J. C. BARRENA BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

SHAMIL ZHUMATOV | REuters

Siguieron a su víctima durante meses antes de intoxicarle con un tóxico de uso militar

15 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Al menos ocho agentes de los servicios secretos rusos FSB participaron en la operación para envenenar con el agente tóxico novichok al disidente Alexéi Navalni el pasado 20 de agosto, según revelan este lunes Spiegel Online y la red internacional de periodismo de investigación Bellingcat, entre otros medios. Los ocho agentes han sido identificados por sus nombres y siguieron al parecer de manera permanente durante meses y hasta el día del atentado al abogado de 44 años, que se encuentra actualmente en Alemania recuperándose de las secuelas de la intoxicación con el veneno de uso militar. Spiegel Online y Bellingcat aseguran que en el ataque con la intención de eliminar al crítico con el presidente Vladimir Putin participaron también especialistas rusos en armas químicas que se encargaron de manipular el veneno. En las horas previas y posteriores al atentado estuvieron todos ellos en contacto permanente con un centro secreto en Moscú dedicado al desarrollo y producción de armas químicas.

La investigación fue realizada por periodistas alemanes de Der Spiegel, británicos de Belingcat y rusos del portal The Insider, así como de la cadena estadounidense CNN. Todos ellos llegan a la conclusión de que Rusia ha continuado desarrollando un programa de armas químicas, pese a que en el 2010 anunció oficialmente que abandonaba ese campo militar y que tenía intención de destruir sus arsenales. Los autores del estudio han utilizado para elaborarlo datos de vuelo, contactos telefónicos y datos posicionales de los teléfonos móviles de los implicados. Bellingcat asegura tras analizar todos ellos que varios agentes del FSB con formación médica y conocimientos especiales de armas químicas se encontraban en el momento del envenenamiento de Navalni en las inmediaciones o incluso dentro del hotel en la localidad siberiana de Tomsk en el que se hospedaba su objetivo.

Meses de seguimiento

Meses e incluso años antes al atentado, agentes del FSB siguieron y vigilaron estrechamente a Navalni en al menos 37 viajes, en base a los datos de los vuelos investigados. Por todo ello y tras la suma de los indicios, el equipo de periodistas de investigación internacional concluye que la responsabilidad del atentado contra el abogado y disidente «es absolutamente del Estado ruso».

El 20 de agosto, Navalni colapsó en el avión que lo trasladaba de Tomsk a Moscú tras participar en la campaña electoral regional. Dos días después Moscú permitió su traslado a un hospital de Berlín, tras las presiones de Merkel. Dos semanas después salió del coma.