Venezuela pierde el último bastión de su democracia

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Con solo el 14 % del padrón electoral dispuesto a ir a votar, Maduro tiene el triunfo asegurado en las  parlamentarias (en la imagen, una calle de Caracas)
Con solo el 14 % del padrón electoral dispuesto a ir a votar, Maduro tiene el triunfo asegurado en las parlamentarias (en la imagen, una calle de Caracas) Servicio Ilustrado (Automático)

«Nadie va a reconocer los resultados de estas elecciones fraudulentas», advierte Guaidó ante la celebración este domingo de elecciones legislativas en el país

05 dic 2020 . Actualizado a las 21:11 h.

«Solo ustedes tienen el poder en sus manos, solo ustedes sabrán qué pasará el domingo en este país. El único que puede elegir la Asamblea Nacional son ustedes». La frase de Nicolás Maduro, en el cierre de campaña en Venezuela, parece la de un país en democracia.

Pero el proceso está tan viciado que todo el mundo sabe que en el abismo de su impopularidad, con solo 14 % del padrón electoral dispuesto a ir a votar, Maduro tiene no solo el triunfo asegurado en las parlamentarias de este domingo; sino que podría obtener hasta el 95 % de los escaños de una Asamblea para la que fue desmontando, desde el 2015, todos los resortes de la institucionalidad democrática: desde usurpar partidos políticos a sus legítimos líderes hasta elevar el número de escaños, al margen de la Constitución, para que sea imposible que otro partido que no sea el PSUV obtenga la mayoría.

España, en línea con la Unión Europea, no reconoce los resultados de estas elecciones; también lo hacen la mayoría de los países de la Organización de Estados Americanos, incluyendo Estados Unidos, Canadá, Brasil, Colombia, Chile, Perú, e incluso Argentina, con un peronista, Alberto Fernández, en el poder.

Pero la vicepresidenta de Maduro, Delcy Rodríguez, ha sido muy explícita: «No nos importa el reconocimiento internacional de las elecciones [...] Venezuela existe mucho mejor sin esos países».

Así, a partir de este lunes, en el frente interno habrá una nueva Asamblea Nacional, que el chavismo ha prometido «recuperar»; en el externo, buena parte de la comunidad internacional continuará reconociendo a Juan Guaidó y a los parlamentarios electos en el 2015, en los últimos comicios que cumplieron mínimos estándares democráticos en el país y en los cuales la oposición barrió al chavismo.

Sin embargo, el creciente desencanto de los venezolanos después de cinco años de dura e infructuosa lucha política por desalojar al chavismo del poder hace que cada vez más venezolanos se consideren independientes políticamente.

«Mañana se inicia otra etapa en Venezuela, una más difícil y posiblemente más autoritaria. Pero también comienza una nueva fase de resistencia en la cual otros actores democráticos —y no alineados con el Gobierno— podrán vincularse y organizarse», señala la politóloga venezolana Maryhen Jiménez, quien cursa un doctorado en Oxford.

Ciertamente, la palabra clandestinidad y las dudas sobre cómo se podrá hacer política opositora legítimamente en Venezuela en el 2021 están a la orden del día.

Pero para Guaidó y la oposición que rechazó participar en un proceso evidentemente amañado, aún quedan herramientas. Especialmente, el apoyo internacional.

«Nadie va a reconocer los resultados de estas elecciones fraudulentas como ocurrió con las elecciones del 20 de mayo del 2019», señaló Guaidó este sábado, en una rueda de prensa con periodistas extranjeros.

«El objetivo de Maduro es seguir secuestrando el poder [...] Hoy Maduro se parece más al Chapo Guzmán que incluso a Pinochet. Hoy Maduro está en una liga nunca antes vista», señaló el parlamentario, que corre riesgo cierto de ir muy pronto a prisión o al exilio, toda vez que desde el chavismo, se ha afirmado que la primera medida de una nueva Asamblea Nacional será «castigar a los traidores a la patria».

De hecho, 44 de los 113 diputados opositores electos en el 2015 ya están presos, en el exilio o inhabilitados tras estos cinco años de demolición chavista de la institucionalidad democrática.

Sin embargo, Guaidó reiteró que no abandonará Venezuela. «A partir del 5 de enero, seguiremos en Caracas asumiendo los riesgos», señaló este sábado.