Maduro consumará hoy otro paripé electoral diseñado por Zapatero

Julio Á. Fariñas A CORUÑA

INTERNACIONAL

Este 6 de diciembre, los venezolanos están llamados de nuevo a las urnas para consumar otro paripé electoral  más. Podrán votar pero no elegir.  Los 14.000 candidatos que concurren o son del partido del gobierno o simples figurantes disfrazados de opositores.

06 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

El objetivo de esta convocatoria no es otro que blanquear la  dictadura  de un Estado fallido y desalojar a los actuales miembros de la Asamblea Nacional  elegidos por holgada mayoría  -? - hace cinco años Desde entonces  se encuentra bloqueada por el gobierno cuya legitimidad no reconoce casi nadie en la comunidad internacional

Con la mayoría de sus líderes presos, en el exilio  o  inhabilitados, la oposición como ya hiciera hace dos años en la autoreelección presidencial con un montaje similar al de este domingo, se decanta por la abstención y medirá su fuerza con el regimen en la calle la próxima semana.

Todo ello ocurre en plena pandemia, sin datos mínimamente fiables sobre el número de ciudadanos afectados por la misma, con una economía que sólo en el segundo semestre se hundió un 32,8 %, y que se ha contraído un 90 % en los siete años de gobierno de Maduro, con la producción petrolera bajo mínimos históricos, una migración que no se detiene,  con los aparatos represivos que siguen ejerciendo la violencia impunemente, al final de la jornada dominical se harán públicos unos resultados que nada tendrán que ver con la realidad sociopolítica de un país que algún día fue la Suiza de América Latina. El respaldo real del partido del actual  presidente, según las encuestas no pasa del 15 %. A pesar de todo, la mayoría parlamentaria la tienen garantizada de antemano porque sólo se presentan ellos y sus afines.

Los 27 de los partidos opositores, congregados en la Mesa de la Unidad Democrática, que hace cinco años coparon los ? de los escaños al final lograron ponerse de acuerdo en no participar en unas elecciones sin las garantías mínimas que no van a reconocer  los 50 países que avalaron en su día a Juan Guaidó como presidente interino. Este y los diputados que le siguen apoyando han convocado Consulta Popular que tendrá lugar del 7 al 12 de este mes y a la que las encuestas  le auguran un mayor respaldo que a la elección de hoy. 

Otro trabajo de Zapatero 

Todos los indicios  apuntan  a que estamos ante otro plan más, diseñado al detalle por José Luis Rodríguez Zapatero. Este leonés, que llegó a la Moncloa más por los errores ajenos -la gestión de los atentados del 11-M por parte del PP de Aznar- que por méritos propios- no tardó en convertirse en el principal aliado del comandante  golpista Chávez en Europa, por lo que fue generosamente recompensado con golosos contratos de Estado a Estado, como el de patrulleras, a astilleros públicos españoles, con jugosas comisiones que acabaron en manos de particulares.  

El difunto comandante también le dejó en herencia a su ungido Nicolás Maduro al expresidente español. Desde  que dejó la Moncloa la única ocupación que se le conoce es la del asesor áulico de Nicolás Maduro, auxiliado por su embajador en Caracas, Raul Morodo, detenido hace meses en España y hoy imputado por corrupción, el ex ministro de Asuntos Exteriores, Fernandez Moratinos y otro alto cargo de su departamento.

Zapatero tuvo un protagonismo  estelar en varios intentos de diálogo formal entre Maduro y la oposición. En esta labor no se caracterizó precisamente por su imparcialidad y hace tiempo que en Venezuela genera más fobias que filias.

Lo que no consiguió con la oposición real, lo intentó con más éxito con una minoría que  aceptó hacer de floreros para guardar las apariencias de que lo de hoy no es un paripé electoral más. 

 La mayoría parlamentaria está garantizada de antemano: lograron que se quedaran al margen del proceso los principales partidos de la oposición -Voluntad Popular, Primero Justicia y Alianza Democrática-- inhabilitando previamente a sus líderes, al tiempo que se aseguraban la participación en el proceso de un sector minoritario de la oposición que en los comicios de hace cinco años participaron integrados en la triunfadora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y que ahora concurren  agrupados en la Mesita  (Mesa del Diálogo Nacional). 

No le debió costar mucho convencerlos para que saltasen al ruedo porque algunos de sus líderes, como  Herry Falcón, gobernador chavista del estado Lara hasta 2009 y el pastor evangelista Bertucci ya habían participado  como candidatos supuestamente opositores en  la autorreeleción de Maduro hace un par de años con la que se ganó el título de usurpador de la presidencia y dio a conocer a la comunidad internacional a Juan Guaidó, a quien meses antes le había tocado asumir la presidencia rotatoria de la Asamblea Nacional.

Para dejarlo todo atado y bien atado, admitieron a dos representantes de la nueva oposición en el Consejo Nacional Electoral (CNE), el órgano que controla todo el proceso, modificaron los circuitos electorales otorgando más representatividad a aquellos más proclives al chavismo. Esta vez con un censo de varios millones de electores menos, a causa de la emigración masiva de los últimos años, se aumentan en un centenar el número de diputados elegibles de un total de 14.000 candidatos.

Todo parece indicar que, una vez más lo importante será que los venezolanos que aún quedan en el país le pierdan el miedo a la pandemia y acudan a votar, no importa quién, valen todos. Del reparto, para  guardar las apariencias,  ya se ocuparán otros.

Para evitar sorpresas, Diosdado Cabello, el del mazo, ya advirtió a aquellos que aún tengan dudas que «el que no vote no come«  Para ello, los que quieren seguir teniendo derecho a recibir las famosas cajas clap de alimentos - harina de trigo o de maíz, pasta, aceite, arroz, azúcar y leche-   a precios subsidiados, a la salida de los colegios electorales los votantes han de pasar por una mesa de control donde se tienen que identificar con el Carné de la Patria, gracias a la cual come a diario una parte de la población..

A pesar de que  las encuestas  más fiables no le vienen dando un apoyo popular que no pasa del 14%, Maduro está tan seguro de que van a ganar y recuperar la Asamblea Nacional que dijo estar dispuesto a dimitir si perdían los suyos. Para tal eventualidad, ya ha colocado en las listas a su hijo Nicolasito y y a su esposa Cilia Flores.

Zapatero que ya no sabe como explicarle a la comunidad internacional  y muy especialmente a su ex ministro y compañero de partido Josep Borrell, que Maduro y los suyos no son tan malos como los pintan,  ya salió  el viernes rumbo a Caracas. Oficialmente su papel será el de acompañante.