Condenan a ocho años de prisión al exministro de Finanzas austríaco por desfalco

J. C. barrena BERLÍN / COLPISA

INTERNACIONAL

El exministro austríaco  Karl-Heinz Grasser
El exministro austríaco Karl-Heinz Grasser ROLAND SCHLAGER | Efe

Grasser fue el niño bonito de la polémica coalición de conservadores y populistas

04 dic 2020 . Actualizado a las 20:35 h.

El exministro austríaco de Finanzas Karl-Heinz Grasser fue condenado este viernes a ocho años de prisión por desfalco por el Tribunal Penal de Viena, una operación por la que se habría embolsado 9,6 millones de euros. El que fuera niño bonito de la polémica coalición que formaron bajo el canciller federal Wolfgang Schüssel los conservadores del Partido Popular Austríaco (ÖVP) y el ultranacionalista Partido Liberal Austríaco (FPÖ) fue encontrado culpable por la gran cámara del citado tribunal de abusar de su cargo ministerial, atentar contra los intereses del Estado e incumplir sus obligaciones en la operación para la privatización de la cooperativa austríaca de viviendas Buwog y el complejo de oficinas Terminal Tower en la ciudad de Linz. Junto a Grasser fueron condenados a penas menores otros catorce acusados.

Protegido de los populistas

Protegido del legendario dirigente populista de la república alpina Jörg Haider, Grasser fue ministro de Finanzas bajo Schüssel en dos legislaturas entre el 2000 y el 2007, primero como miembro del FPÖ y luego con el respaldo explícito del ÖVP. La formación de la coalición de conservadores y populistas en Austria convirtió al país alpino en un paria ante los restantes socios de la Unión Europea, que por primera vez en sus historia dictó sanciones contra un Estado miembro por permitir la entrada en el Ejecutivo de los ultranacionalistas del FPÖ. A lo largo del juicio, Grasser ha negado insistentemente los cargos por los que era imputado y asegurado que siempre actuó defendiendo los intereses nacionales. La sentencia no es firme y puede ser apelada ante instancias superiores.

El juicio contra el exministro de Finanzas austríaco, de 51 años, se ha desarrollado a lo largo de tres años y después de otros siete años de largas investigaciones. El proceso no solo ha resultado ser excesivamente largo y sumamente complicado, sino también de dudoso respeto al Estado de derecho. La larga investigación ha impedido que Karl-Heinz Grasser, titulado en Empresariales, pudiese continuar su carrera profesional tras abandonar su cargo político. Un lastre que Grasser utilizará probablemente como arma ante una instancia superior en Austria y quizás incluso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Si llegara a tener éxito en su apelación podría incluso forzar la repetición completa del proceso.